Irlanda pide a la Comunidad Económica Europea que retire sus sanciones contra Argentina

Irlanda fue ayer el primer país miembro de la Comunidad Económica Europea (CEE) en rectificar su apoyo al Reino Unido en el conflicto de las Malvinas, al solicitar a sus colegas comunitarios que retiren, o al menos no prorroguen, sus sanciones económicas contra Buenos Aires y al pedir una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, del que Dublín forma parte.

En la reunión extraordinaria de directores de política de los diez, celebrada ayer en Bruselas a petición de Londres, varios países expresaron su consternación por el hundimiento del General Belgrano y conminaron al Gobierno de la señora Thatcher a adoptar una postura negociadora en el seno de las Naciones Unidas.La muerte de los tripulantes del crucero argentino ha caído como una bomba en los medios diplomáticos de la CEE, donde se había insistido repetidamente en la voluntad de los diez de encontrar una solución pacífica del conflicto. "Con el hundimiento del crucero argentino", estimaba un diplomático francés, "el Reino Unido no ha actuado en legítima defensa, sino como agresor a su vez".

Las declaraciones, a título privado, de este diplomático se matizan cuando son los portavoces oficiales quienes hablan. "La CEE", afirman, "nunca ha proporcionado ayuda logística o militar a Londres; únicamente le hemos expresado nuestra solidaridad cuando fue objeto de una agresión. La solidaridad no incluye el soporte para sus acciones militares en el Atlántico sur".

Consternación y alarma

En la reunión celebrada: ayer, el director de Política británico informó sobre la situación actual en el frente diplomático, sin profundizar los datos sobre la situación militar. Los representantes de la Re pública Federal de Alemania (RFA) se mostraron alarmados por las consecuencias de ésta guerra, que amenaza con deteriorar definitivamente la imagen europea en América Latina (la RFA es el principal proveedor de Argentina y ha aumentado sus inversiones en más de un 20% en los últimos años). A la alarma de la RFA se sumó la consternación de los italianos y de los franceses. Unos y otros expresaron su convencimientó de que ha llegado el momento de que intervenga la ONU.

Pero la posición más firme es la de Irlanda: "Nosotros no somos miembros de la OTAN", declaró a EL PAIS un portavoz oficial, "y podemos ejercer un papel moderador en las Naciones Unidas". El Gobierno de Dublín se ha declarado, en Bruselas, horrorizado por la pérdida de vidas humanas. El representante irlandés recordó que, en las últimas reuniones comunitarias, su país se había mostrado reacio a seguir a sus colegas en el apoyo incondicional a Londres y lamentó que sus previsiones se hayan hecho realidad.

Dublín estima que la ONU debe intervenir inmediatamente y ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad para someter a votación una resolución en la que no se acuse a Argentinal de nada, sino que se pida el inmediato cese de las hostilidades por ambas partes y el inicio de negociaciones diplomáticas bajo los auspicios de las Naciones Unidas.

Expertos comunitarios, por su parte, temían una reacción de otros países latinoamericanos, y especialmente de Venezuela, Brasil y México, países con enormes posibilidades económicas, que han amenazado ya con reconsiderar su actual posición frente a Europa.

Los europeos intentarán ejercer presión sobre el Reino Unido para evitar una invasión de las Malvinas que pueda terminar en un baño de sangre, según fuentes oficiosas, que anunciaron que la crisis del Atlántico sur ocupará los debates de los ministros de Asuntos Exteriores de los diez en la reunión informal que celebrarán el sábado y domingo próximos en Bélgica y que, teóricamente, debía tratar en exclusiva de la aportación británica al presupuesto de la CEE.