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Reportaje:

Indonesia, entre un islamismo agazapado y las miserias del desarrollismo autocrático

Sin embargo, hoy, según todos los indicios, nada cambiará. Los tres partidos que acuden a estas legislativas repetirán con pocas variaciones los resultados obtenidos en 1977. El Golkar (Golongan Karya, Grupo Funcional), partido gubernamental, aparece como claro ganador, con un porcentaje de votos que será ligeramente inferior al 62,1% obtenido hace cinco,años, seguido del Partido Unico para el Desarrollo (Partai Persetuan Pembangunan -PPP-, partido islámico), que rebasará el 30%, y del Partido Democrático Indonesio (Partai Demokrasi Indonesia -PDI-, coalición de partidos cristianos y el Partido Nacionalista de Sukarno).En juego se hallan 360 escaños de un original sistema parlamentario en el que el 60% de sus representantes son nombrados por el presidente y factótum de la República, general Suharto. La Asamblea Consultiva del Pueblo, suprema autoridad estatal, consta de dos cámaras y 920 miembros: la Cámara de Representantes, integrada por 460 miembros, a la que pertenecen los 360 que hoy se eligen y a los que se suman otros 100 procedentes del Ejército, nombrados por el presidente, y el Congreso, con otros 460 parlamentarios, nombrados también por el general Suharto.

El Golkar va a triunfar porque, en palabras de un diplomático destacado en Yakarta, "es una máquina de ganar elecciones", pero ello no servirá para ocultar los dos problemas básicos con que se enfrenta el régimen: la incapacidad para incrementar el nivel de vida de sus 150 millones de habitantes, prometido en planes de desarrollo generadores de corrupción y escándalos sin número, y la esclerotización de una vida política reorganizada de tal modo a partir de 1965 que apenas es una caricatura. Tras el frustrado golpe de Estado comunista de 1965, saldado con un baño de sangre de medio millón de comunistas y sospechosos de comunismo, caída de Sukarno y ascensión al poder del furibundo anticomunista Suharto, los partidos políticos fueron reorganizados y convertidos en dóciles instrumentos del poder.

El Islam, refugio de descontentos

El Islam es la única fuerza que está en condiciones de escapar a esas limitaciones y, hacia él se vuelven quienes critican las crecientes desigualdades Sociales, la corrupción, la represión, la influencia extranjera y quienes buscan una seguridad en la tradición y en la fe. Su creciente presencia e influencia en la vida política indonesia es contemplada como una amenaza por el régimen, que no regatea medios para detener su marcha. Detenciones, asesinatos y represalias son algunos de los recursos que emplea el Ejército, sostén del régimen y enemigo declarado del islamismo, para detener la amenaza. Sin embargo, las relaciones entre musulmanes y Ejército fueron muy estrechas durante buena parte del actual régimen. Colaboraron intensamente en la sangrienta represión de los comunistas, y, una vez eliminados sus principales adversarios, el Islam creyó que era el momento de instaurar el Corán como ideología nacional.

Las esperanzas puestas por los musulmanes en el Ejército se vieron pronto frustradas y progresivamente fueron perdiendo influencia hasta abandonar el último Ministerio en 1978. Para entonces el Islam ya está a la vanguardia de la oposición al régimen, y el radicalismode algunas de sus corrientes comienza a ocupar en las cárceles los puestos que lentamente van dejando los sospechosos de comunismo. El Gobierno, preocupado por la ascensión de un movimiento que en Irán ha expulsado al sha, incrementa sus medidas represivas y emprende una maniobra destinada a resuci tar el sukarnismo, bestia parda del régimen, para crear una corriente nacionalista y laica que se oponga al islamismo militante, que, de agarrar en los 135 millones de musulmanes lque habitan Indonesia, el 90% de la población puede generar en la región un estallido de incalculables consecuencias.

El islamismo tiene su campo de cultivo en el descontento popular. Crece el número de indonesios que duda de la capacidad del Nuevo Orden para ofrecer una más equitativa distribución de. la riqueza, mientras las clases medias son cada vez más críticas contra la que consideran excesiva acumulacion de riqueza por parte de la familia presidencial. . A esto -hay que añadir el profundo. malestar existente entre los hombres de negocios nixisulmanes que ven cómo la pequeña comunidad china (el 5% de la población) controla el 80% del comercio gracias a sus privilegiadas relaciones con el régimen militar.

Corrupción, corrupción

La corrupción es una de las constantes del régimen, y basta pasearse por las calles de lasprincipales ciudades para detectarla. No es nada raro tener que pagar comisiones de hasta el 30% para obtener determinados favores, y Tien Suharto, esposa del presidente, es conocida como la señora Ten Percent (señora Diez por Cien). La corrupción del régimen es uno de los mayores tabúes de Indonesia, lo que ha permitido afirmar cínicamente a Alí Murtopo, Ministro de Información, que "la corrupción, es como el demonio: todo el mundo habla de ella, pero nadie la coge".

El caso más destacado de corrupción fue el de la compañía nacional de petróleos Pertamina. Una malversación de fondos de 3.000 millones de dólares, descubierta en 1975, estuvo a punto de hundir al ente estatal. El general Ubnu Sutowo, dirigente entoncés de Pertamina, había desviado fondos para hacerse con el control de una treintena de empresas.

El Islam, enarbolando la bandera de la moralidad y de la igualdad, pretende recoger la animadversión sentida hacia el régimen entre amplias capas sociales, pero cuenta con un obstáculo para conseguir tal meta. En Indonesia el islamismo, es un sentimiento religioso que se acata pero no se cumple, un valor cultural excepto para una minoría que puede evaluarse en un 20% de la población. La gran mayoría de los musulmanes pertenece a la categoría de los denominados musulmanes estáticos: sólo practican los ritos más elementales del islamismo sin una especial convicción. El islamismo indonesio -traspasado por una mezcla de creencias que van del sincretismo al budismo, pasando por un secularismo moderno hace del país uno de los menos ortodoxos y más tolerantes del mundo musulmán.

"Apretarse el cinturón"

Han sido los musulmanes los que más duramente han atacado la política desarrollista gubernamental. Proyectos como los de la siderúrugica de Krakatan, donde van a invertirse 2.500 millones de dólares, o el complejo de aluminio de Asahan, con 2.000 millones, son calificados de megalomaníacos por el PPP.

El país está embarcado en una política desarrollista -estrechamente unida a Japón, Estados Unidos y a varios países occidentales, área ideológica cuyos intereses defiende en política exterior a pesar de su proclamado no alineamiento- dirigida por la llamada mafia de Berkeley o los protegidos del Banco Mundial. El desarrollo se sustenta en la exportación de materias primas como el petróleo y el gas, que cubre los dos tercios de los ingresos, maderas tropicales, caucho (primer exportador mundial), estaño y aceite de palma. La caída de los precios de las materias primas y, en particular, del petróleo ha provocado serios desajustes en las inversiones programadas en el Repelita III, tercer plan quinquenal de desarrollo, iniciado en 1979, y para el año fiscal que agaba de concluir se prevé un déficit en la balanza de pagos de unos 800 millones de dólares, la primera negativa después de tres años.

El ministro de Finanzas, Alí Wardhana, manifestó recientemente que "los años fáciles y confortables en que Indonesia flotaba en oro" se han acabado, y.anunció que el país deberá "apretarse el cinturón" en el año fiscal que acaba de comenzar.

La deuda exterior en 1981 era de 11.655,1 millones de dólares que, unida a unas reservas de oro y divisas de 7.200 millones de dólares, dibuja un cuadró económico bastante risueño. Sin embargo, la caída de los precios del petróleo y de otras materias primas, junto con recientes prospecciones que han puesto de manifiesto que las reservas de crudo podrían verse reducidas, a la mitad en 1984, cuando concluya Repelita III, han ensombrecido el, confortable panorama. Confortable, bien es cierto, para una ínfima parte de la población, el 3% concretamente, que se beneficia del 40% de la renta nacional.

El resto de los indonesios, repartidos por 7.000 de las 13.000 islas del archipiélago, han perdido su confianza en un plan de desarrollo cuyas prioridades van dirigidas al sector agrícola, en busca de una descongestión de la superpoblada Java (92 millones de habitantes), y al desarrollo de industrias como la textil, la electrónica y la del tratamiento del caucho.

La filosofía subyacente a Repelita III es la de "igualdad con crecimiento", filosofía que, datos en mano, parece haber fracasado en toda la línea. Él producto inttrior bruto por habitante en 1986Sue de 470 dólares (el más bajo de los países de la ASEAN, especie de Mercado Común del sureste asiático, en el que están integrados, junto a Indonesia, Malaisia, Singapur, Filipinas y Tailandia).

La 'Pancasila', ideología estatal y deísta

Indonesia tiene sólo una ideología estatal, la Pancasila, establecida en el preámbulo de la Constitución de 1945, año en el que el país, logra su independencia de Holanda. Los cinco principios que constituyen la Pancasila son:1. La Creencia en un Dios Supremo.

2. Humanidad justa y civilizada.

3. Unidad de Indonesia.

4. Democracia desarrollada por la sabiduría de las deliberaciones de los representantes.

5. Justicia social para el conjunto de la población.

Estas son la bases que sustentan la ilegalidad y la represión sobre los comunistas. El régimen rechaza las ideologías, entre ellas la marxista, que no reconocen la existencia de un Dios Creador.

La Pancasila es la fuente de la que emana la legalidad de Indonesia, y no puede ser modificada. Indonesia ha cambiado su Constitución varias veces. La Constitución de la independencia rigió en el período 1945-1949 y fue seguida por la Constitución de la República de los Estados Unidos de Indonesia, de 1949 a 1950, y la Constitución Provisional, de 1950 a 1.959. Desde del 5 de julio de 1959 rige nuevamente la Constitución de 1945.

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