Las fuerzas británicas hundieron el 'General Belgrano', unico crucero argentino, y un barco patrullero
Las fuerzas británicas hundieron durante la noche del domingo al lunes un barco patrullero y, aunque las fuentes oficiales no lo han reconocido, el embajador británico en Washington Nicholas Anderson, afirmó que hundieron también al único crucero argentino, el General Belgrano, que fue alcanzado por un torpedo del submarino británico a propulsión nuclear Conqueror; por parte británica no se registraron bajas, señaló un portavoz del Ministerio de Defensa en Londres, que añadió que "se prosiguen día y noche las operaciones antisubmarinas en toda la zona de exclusión de doscientas millas alrededor de las islas Malvinas. A pesar de todo esto, el Foreign Office "espera aún una solución diplomática a esta crisis".
El ministro de Defensa británico John Nott, afirmó ayer que "una invasión británica de las islas constituiría un acto de defensa propia y no de agresión".El primer ataque, contra el crucero General Belgrano, tuvo lugar a las nueve de la noche del domingo (hora de Madrid, cinco horas antes en la zona conflictiva), dándose a conocer en Londres seis horas después. "Justo fuera" de la zona de bloqueo -se supone que a unas 250 millas al suroeste de las islas Malvinas-, un submarino británico disparó dos torpedos contra el Belgrano, "causándole graves daños", según la versión oficial británica, "pero no hundiéndolo". Otras fuentes indicaron que la orden de disparar vino di rectamente de Londres. El crucero argentino, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa, "no había atacado, pero planteaba una amenaza con su presencia. Con los armamentos modernos, uno no puede esperar a ser atacado". Preguntado si los torpedos estaban destina dos a hundir o a dañar al buque, el portavoz comentó que "si se dispara es para hundir" el blanco.
Según el corresponsal de la tele visión comercial que viaja a bordo del portaviones Hermes, buque insignia del destacamento británico, el General Belgrano había estado rondando por esa zona durante los últimos días. El corresponsal añadió que se trataba del submarino británico era el Conqueror, de ataque, a propulsión nuclear.
El General Belgrano, de 13.600 toneladas, es el segundo buque más grande de la Armada argentina. Fue comprado a Estados Unidos en 1951, siendo uno de los pocos buques que escaparon al ataque japonés contra Pearl Harbour, en 1941. En principio, tiene una tripulación de 900 hombres, cuya suerte se desconoce. El General Belgrano venía escoltado por dos destructores argentinos que no fueron atacados.
Fue durante una de las patrullas submarinas cuando, según Londres, un helicóptero Sea King se vio atacado por dos barcos auxiliares argentinos "de tamaño moderado", hacia las cinco de la tarde de ayer (hora de Madrid), a unas noventa millas dentro de la zona prohibida. Dos helicópteros Litix contraatacaron inmediatamente, disparando sus misiles probablemente del nuevo tipo Sea Skua; uno de los dos buques se vino a pique y el otro resultó gravemente dañado, según fuentes oficiales británicas. Cada barco debía llevar unos quince hombres a bordo.
Poco después, helicópteros británicos lanzaron equipos de salvavidas alrededor de los barcos. En estas aguas, donde el cuerpo humano no puede sobrevivir durante más de veinte minutos, el Ministerio de Defensa en Londres teme que se hayan producido bajas por parte argentina, pero la política de las fuerzas británicas sigue siendo la de mantener a un mínimo el número de vidas perdidas por parte argentina, y especialmente por parte británica.
En lo que va de guerra, según fuentes oficiales británicas, Argentina ha perdido un submarino (en Georgia del Sur), un patrullero, dos aviones Mirage y un bombardero Canberra. Han quedado dañados el único crucero argentino, otro buque patrullero y otro Canberra. Según los corresponsales británicos a bordo del Hermes, los británicos habrían abatido el sábado otro Mirage. Se desconoce aún oficialmente el número de aparatos argentinos dañados durante el ataque del sábado contra los aeródromos de Port Stanley y de Goose Green, y las bajas humanas. Por parte británica, una muerte accidental, antes del comienzo de las hostilidades, y algunos daños superficiales en dos de sus fragatas y en un Sea Harrier.
Londres "espera aún una solución diplomática", declaró el Foreign Office ayer, añadiendo que había que "mantener la presión diplomática, económica y militar sobre Argentina" hasta que retire sus tropas de las islas. El titular del departamento, Francis Pym, declaró ayer, en una entrevista en la BBC, que las acciones de días anteriores "no eran. hostiles", que Argentina había comenzado las hostilidades el 2 de abril.
Los triunfalistas comunicados oficiales argentinos causan cierta gracia en Londres, en lo que el popular Daily Mirror (3.500.000 ejemplares de tirada) calificó de la guerra de los faroles de Buenos Aires. Ayer Argentina interfirió durante seis horas las emisoras de la BBC en castellano, dirigidas a Bue nos Aires. John Nott, en una conferencia de Prensa, comentó que un desembarco británico en las islas Malvinas no constituiría un acto de agresión sino de defensa propia. Nott dijo que los primeros éxitos británicos eran alentadores pero no quiso dar muestras de una excesiva confianza".
"No buscamos una rendición sino una retirada argentina para luego negociar una solución a largo plazo", señaló Nott, citando la, frase del almirante Nelson de que "la magnanimidad en la victoria será el objetivo principal de la flota británica". "Espero sinceramente que no será un conflicto san griento", concluyó.
El Gobierno anunció ayer la requisa del trasatlántico de lujo Queen Elisabeth 2 (QE2) para transportar tropas.
Se esperaba que el QE2, "cuya velocidad, tamaño y características son únicas para este propósito", llegara ayer a Southampton y estuviera en aguas del Atlántico Sur antes de diez días, aumentando así las especulaciones de que las fuerzas británicas se prepara para un desembarco en las islas Malvinas.
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