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Aplazadas 'sine die' las conversaciones entre España y la URSS para la adquisición de gas siberiano

Las conversaciones hispano-soviéticas sobre la llegada del gas siberiano a España han sido aplazadas indefinidamente, incluso antes de que las dos partes hayan celebrado una primera reunión formal. Problemas de índole político, y sobre todo económico, han forzado a la parte española a detener momentáneamente lo que se suponía iba a ser un rápido proceso y realizar un estudio más detallado del coste y las consecuencias que se derivarían de traer, desde una distancia superior a los 5.000 kilómetros, un hidrocarburo que, incluso en la presente década, puede no ser competitivo por su elevado precio actual frente a otras energías.

Fuentes solventes han informado a EL PAIS que, aunque existe "voluntad política para proseguir estas conversaciones en un futuro próximo", la necesidad de más estudios técnicos y económicos sobre la viabilidad y el coste de transportar desde tan lejos el gas siberiano ha forzado una reconsideración global de todo el asunto.Las mismas fuentes estiman que no esperan que antes del mes de julio se produzca ningún contacto formal sobre este asunto entre los dos países, sobre todo después de los problemas políticos que parecen haber surgido recientemente en las relaciones entre Moscú y Madrid.

Aunque la razón primordial del "intensivo y minucioso estudio" al que se ha sometido el problema parece de carácter económico-financiero, fuentes diplomáticas han apuntado también la fuerte influencia que han podido tener las implicaciones políticas en las decisiones adoptadas.

Implicaciones políticas

A este respecto, el mal momento que atraviesan las relaciones hispano-soviéticas, materializado en la reciente expulsión de España de dos funcionarios soviéticos acusados de realizar en nuestro país actividades de espionaje, parece haber sido un factor determinante en el sucesivo aplazamiento de las negociaciones formales, cuyo inicio incluso estaba previsto que tuviera lugar el pasado 23 de marzo.

En favor del aplazamiento parecen haber pesado también las presiones realizadas por Washington sobre los países europeos respecto a la inconveniencia estratégica de depender del suministro soviético de gas natural cuando se pueden encontrar otras alternativas menos arriesgadas.

Algunas fuentes han indicado que, si bien la postura española es ignorar por principio cualquier injerencia externa en asuntos soberanos, una precisión de las recomendaciones norteamericanas aconsejó un examen técnico detenido de las mismas, aprovechando la pausa a la que han forzado otros motivos.

Pese a la enorme importancia coyuntural de los aspectos políticos en el aplazamiento, fuentes gasísticas consultadas precisaron a este periódico que la razón fundamental que ha forzado la espera es el replanteamiento que necesita en este país la política sobre el gas natural.

En dichas fuentes se apunta que la política de "gasificar España" que contiene el Plan Energético Nacional (incluso en su revisión, recientemente enviada al Parlamento) necesita una mayor clarificación o, por lo menos, una perfecta concreción.

Varios hechos comprobables parecen aconsejar lo que fuentes energéticas no se atreven en calificar de "reconsideración de la política gasista", pero que, incluso a simple vista, es obvio de que se trata de algo muy similar.

La situación financiera de la empresa nacional ENAGAS (con pérdidas en el último ejercicio de 7.000 millones de pesetas), la insuficiente infraestructura existente, el desequilibrio entre en los consumos esperados y los reales, los precios políticos en origen y la necesidad de evaluar los recursos nacionales de gas natural son algunas de las razones que han forzado a reexaminar la compra de gas en la Unión Soviética y, a su vez, la conexión gasística. con Europa, ya de por sí bastante problemática.

A este respecto, fuentes informadas han señalado que incluso han aparecido problemas adicionales en el proceso de negociación de los derechos de paso con algunos países europeos.

Así, Gaz de France, que el pasado año firmó con ENAGAS (Empresa Nacional del Gas) un protocolo favorable a la interconexión de los dos gasoductos, habría manifestado ahora la imposibilidad de cumplir sus compromisos (en lo que respecta al paso de gas con destino a España), si previamente no se refuerza su propia red.

Lo que se han interpretado en algunos medios como un deseo francés de ampliar su gasoducto a costa de los deseos españoles de recibir gas soviético o noruego (tal como se prevé con vistas al final de la década), es en realidad una necesidad de reforzar algunos puntos de enlace de la red interior francesa.

Según los argumentos galos, no es lo mismo pasar un volumen fijo de gas para consumo propio que transportar 3.000 millones de metros cúbicos adicionales a una distancia superior a la prevista por sus propios técnicos en los estudios realizados.

Este argumento ha sido acogido con comprensión por los técnicos de la Empresa Nacional del Gas, que han comunicado a sus colegas galos que, evidentemente, estarían dispuestos a colaborar en el reforzamiento de la red francesa en aquellos puntos donde sea preciso, si España decide algún día comprar gas procedente de Siberia.

Otro problema pendiente es decidir el punto de enlace de los dos gasoductos, tema todavía no considerado definitivamente por los técnicos de ENAGAS y del Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) y que estaría pendiente de una mayor evaluación de las reservas de gas existentes en Serrablo (Huesca).

Según fuentes del Instituto Nacional de Hidrocarburos, un estudio sobre las reservas de gas de esta zona puede estar listo antes de dos o tres meses. Con este informe se aclararía si el gas de Huesca es económicamente rentable, en cuyo caso la unión con Francia se haría muy probablemente a través de dicho punto.

En caso contrario, las dos opciones para la unión, según fuentes fiables, serían los dos extremos de la frontera con Francia. Es decir, Irún, a donde la red de distribución está a punto de llegar o, en el otro extremo, Cataluña.

En este sentido, fuentes del INH han matizado una información distribuida desde Barcelona, según la cual ENAGAS no está dispuesta a participar en un programa de ampliar la distribución gasista en Cataluña.

Pese a esta información, la empresa nacional todavía no se ha pronunciado al respecto y su postura dependerá, respecto a la totalidad del programa, del punto de unión con Francia. No hay que olvidar, en este sentido, que el programa catalán incluye unir la red española de gasoductos con Marsella (Francia), extremo éste sobre el que nadie en ENAGAS o el INH se quiere pronunciar todavía.

La caída de los consumos

Aparte de estos problemas, otros dos factores que han influido decisivamente en el remplanteamiento global del tema gasístico son la caída que se ha producido en los consumos (sobre los previstos), y el alto precio político que se paga por las importaciones.

Evidentemente, ambos factores están directamente relacionados y, a la luz de los problemas que han surgido en la discusión de los precios con los dol únicos sumnistradores actuales de gas (Argelia y Libia), en medios próximos a los responsables energéticos se piensa que, de persistir los dos países en mantener la equiparación del precio del gas con el petróleo, el consumo de gas natural en España puede dejar de ser rentable en un plazo de tiempo muy corto.

De hecho, apuntan algunos expertos, algo de esto ya se está produciendo porque la evolución del gas no está siguiendo el ritmo ascedente que se esperaba.

Si el consumo actual de gas en España se estima en que ronda las 25.000 millones de termias, los contratos de sumnistro firmados con Argelia y Libia superan ampliamente dicha cantidad. Con Libia se ha llegado recientemente a un acuerdo para el suministro de 10.000 millones de termias y con Argelia, que sumnistra los 15.000 niillones restantes, existe un contrato que permite ampliar dicha cifra hasta 25.000 millones de termias de aquí al año 1992.

Precisamente, el alto precio que este país pide por su gas (las negociaciones están actualmente interrumpidas, pendiente del desenlace con los italianos) impide, a juicio de algunos expertos, la planificación de un mayor consumo de gas en España y como prueba de ello se apunta el déficit crónico de ENAGAS que, en cierto sentido, está subvencionando indirectamente ciertos USOS.

El contrato-programa de ENAGAS

Precisamente para resolver la situación financiera de esta sociedad, sus directivos han presentado ante el Gobierno una propuesta para enjugar las pérdidas actuales y planificar su rentabilidad mediante la firma de un contrato-programa con el Estado.

Este contrato-programa, que ya fue estudiado por la ConiÍsión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos en su reunión del pasado lunes, será considerado de nuevo, y presumiblemente aprobado, por la misma comisión en su reunión del próximo martes, día cuatro de mayo.

La propuesta de acuerdo, a la que ha tenido acceso este periódico, tiene por objeto no solo sanear la empresa sino permitir una mayor raciónalización de sus actuaciones y un mejor aprovechamiento de sus limitados recursos.

Su aprobación supondría un reconocimiento de su esfuerzo inversor en la tarea de gasificación del país, según estiniciones de sus patrocinadores, y una reordenación de la estructura gasística española, fundamentalmente en el frente de los precios y en el fiscal.

El contrato-programa, que no es otra cosa que un compromiso entre la compañía, el grupo INH y el Estado, implicaría la absorción de su déficit por el Estado mediante un crédito extraordinario, la ampliación de su capital para compensar el desequilibrio que ofrece entre recursos propios e inmovilizado, la adopción de toda una estrategia comercial, que supondría un mayor estímulo de sus ventas, y, por último, la preparación de un programa de inversiones coherente con la política gasística determinada.

En medios próximos a la empresa se estima este programa podría estar listo para su entrada en efecto el próximo julio, con una duración de tres años y con la posibilidad de su prórroga durante otros tres.

Lo que se persigue, según los medios citados, es que ENAGAS, cuyo papel en la reordenación del sector energético español puede ser decisivo, disponga en dicho período de unos medios financieros, fiscales y técnicos adecuados para el desarrollo de su función y que le permitan afrontar el reto al que le somete la política de desarrollar el gas natural como fuente energética importante y clave en la estructura de energía primaria española.

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