¿Qué es la guerra?
¿Qué es la paz? Una ilusión. ¿Qué oculto y retorcido sentimiento de seudopatriotismo nos puede llegar a envolver de tal manera que, olvidando lo que las guerras han hecho y hacen en los pueblos, enarbolemos la bandera de la guerra con una mano, y con la otra diríjamos cortes de brazo a todo el mundo (en particular al anglosajón)? Por una parte, Argentina, la dictada, la exiliada; por otra, Inglaterra, la fiemática, la del té.Nadie repara en los muertos que van..., los que van a venir; son héroes, y los héroes son imprescindibles para la mediocridad. La mediocridad de una dictadura militar que se ríe de las madres de la plaza de Mayo cuando ellas lloran; la mediocridad del conservadurismo inglés, que malgasta su tiempo en una interminable cola para degustar el superficial plato de un cuento de hadas y princesas. Ganará la Junta Militar argentina..., ganará la simpatía de un pueblo que ha sufrido su descarga de violencia y de shumaniz ación. Ganará el Gabiente Thatcher.... ganará que la Unión Jack ondee en más pantalones, cazadoras, colonias de ultramar. Ganarán los grandes corredores de armamento. El pueblo, las ballenas del Atlántico Sur, las esperanzas, la poesía y, de rebote, provocada la esperanza de paz para Centroamérica, la propuesta de México, de Nicaragua, los frentes de liberación, nosotros mismos, a miles de kilómetros de allí, y del Próximo Oriente, perderemos. Perderemos los pacifistas, los que no queremos ni OTAN ni Pacto, los que sólo queremos vivir libremente y en paz los años que nos han tocado en esta tierra, Tierra./
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