Gilbert Becaud canta para su generación en Barcelona y Madrid

El cantautor francés Gilbert Becaud actuó anteanoche en Barcelona con gran éxito. Anoche lo hizo en Madrid. Un numeroso público, la mayoría rayando la frontera de los cincuenta, llenó por completo el aforo del teatro Apolo, en la popular vía del Paralelo. Esta era la primera vez que Becaud -54 años confesados, 29 cantando- daba un recital en directo en nuestro país. Con anterioridad, en 1977, grabó en Barcelona un programa especial para Televisión en el marco de la desaparecida sala de fiestas Scala.

Becaud ofreció un denso espectáculo. Cantó e hizo cantar a un público entregado al mito de antemano. Su actuación estuvo acompañada por una constante escenificación del contenido de las letras de sus canciones. Por ello resultó un espectáculo quizá recargado en exceso de efectos teatrales cuidadosamente estudiados, circunstancia que debió desilusionar a quienes conocían y, esperaban del Becaud sobrio y melancólico de Et maintenant y Je reviens de chercher, otra manera de hacer. Con todo, el público aplaudió con gusto y rió todas y cada una de las mil ocurrencias de Becaud.

"No tengo sucesor"

Coreó las estrofas de Natalie L'important y Longtemps y escuchó con profundo y agradecido silencio un Et maintenant final. Becaud y sus músicos tuvieron que salir a saludar unas ocho veces ante: el público que se resistía a abandonar el teatro. El cantautor lo agradeció con un bis de Natalie.Con anterioridad al recital, Becaud ofreció una conferencia de Prensa. En el curso de la misma manifestó que no tenía sucesor. Se declaró admirador de Julio Iglesias cuando le preguntaron quién era mejor: Aznavour o Becaud. Según el cantante, a pesar de llevar veintinueve años como "industrial de la canción" el 74% de sus fans tienen menos de veinte años. Ante la insinuación de un Becaud envejecido, el cantautor se tiró del pelo y dijo que no llevaba peluquín. Y añadió: "¿Creen ustedes que soy Aznavour?".

Becaud señaló que su próximo proyecto era un musical en Broadway que se titulaba La vida ante mí que narraba la existencia de una prostituta viviendo entre gente joven. Becaud explicó también que cada tres años daba la vuelta al mundo en giras de 250 recitales.