La Seguridad Social se hará cargo de la asistencia psiquiátrica

La Seguridad Social se hará cargo de la asistencia psiquiátrica antes de un año. La Comisión de Política Social y Empleo del Congreso de los Diputados ha aprobado una proposición no de ley del grupo socialista de acuerdo con la cual el Ministerio de Sanidad y Consumo elaborará un programa para la creación y puesta en marcha gradual de los servicios de psiquiatría en los hospitales de la red de la Seguridad Social, que deberá estar terminada antes de mayo de 1983.

El Gobierno tendrá que dictar un decreto antes del próximo día 1 de mayo creando dichos servicios, hasta ahora sólo existentes, con capacidad de hospitalización, en la residencia de Hospitalet, el centro Ramón y Cajal y la residencia sanitaria La Paz, de Madrid, y la Casa de Salud Valdecilla, de Santander. La asistencia psiquiátrica venía siendo cubierta en España, principalmente por los sistemas de beneficencia y empresas privadas.La proposición no de ley del grupo socialista presentada el pasado día 16 de julio sobre asistencia psiquiátrica en la Seguridad Social, y aprobada con fecha de 31 de marzo de este año por la Comisión de Política Social y Empleo del Congreso, expresaba la necesidad de una acción protectora asistencial sanitaria por parte de la Seguridad Social en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos agudos que precisen internamiento.

Hasta ahora, en la Seguridad Social se carecía del dispositivo asistencial adecuado a la atención de los problemas de la salud mental, que afectan, al menos, al 10% de la población. A nivel ambulatorio, la infraestructura actual se resume en la persona del neuropsiquiatra, "en quien confluyen las actividades profesionales que corresponden por una parte al neurólogo y por otra al equipo psiquiátrico, que debería agrupar a psiquiatra, psicólogo, ATS psiquiátrico y asistente social", según señala la proposición no de ley aprobada. Tampoco las consultas externas de los hospitales, añade la misma proposición no de ley, podía atender adecuadamente la demanda de estos pacientes, ni los servicios de medicina y cirugía podían contar con la oportuna colaboración diagnóstica del equipo de psiquiatría, llevando en muchos casos al enfermo "a un forzado régimen de análisis y exploraciones (incluso quirúrgicas), en un equivocado intento de hallar la ayuda para sus quejas, intento no pocas veces estéril y, en todo caso, costosísimo para la Seguridad Social".