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El precio de las viviendas protegidas sube un 14% de media

Entre un 13,86 y un 14,13%, según zonas, subirán los precios de las viviendas de protección oficial terminadas a lo largo del presente año, en torno a las 200.000. La decisión, retroactiva al primero de enero pasado, acaba de ser dada a conocer por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Surtirá efectos también sobre los precios de cesión, alquileres de viviendas protegidas y alquileres libres regulados por el subíndice que proporciona el Instituto Nacional de Estadística.

Según medios informados, la publicación de los nuevos módulos, como se les denomina técnicamente, se ha demorado este año como consecuencia de los intereses de varios ministerios. Obras Públicas y Urbanismo ha esperado a conocer los índices de revisión de los precios aplicados a los contratos de construcción del Estado correspondientes a noviembre, dependientes de Hacienda, y que no han aparecido todavía, al parecer para no ser incorporados a la fórmula polinómica que determina los precios. Asimismo, a Economía y Comercio no le interesaba la rápida repercusión de las alzas de alquileres en índice de precios al consumo. La dependencia entre el índice de contratos del Estado y la fórmula reguladora de los precios de las viviendas protegidas fue introducida por el ministro Lozano Vicente en 1976, aunque ha sido contestada por constructores. La memoria de 1979 de la Asociación de Empresas de Obras Públicas de Ambito Nacional (SEOPAN), según la cual es absurda y ha sido considera injusta por las cajas de ahorro y errónea por el propio MOPU. Los costes laborales que arroja dicho índice pesan un 35%, los suministros un 40% y los gastos fijos otro 25%.

Ausencia de críticas

No obstante, el aumento de precios (véase cuadro adjunto) ha sido acogido inicialmente sin críticas por los constructores, uno de los sectores empresariales que más se ha distinguido en sus peticiones de ayuda al Gobierno. El portavoz de SEOPAN ha declarado: "Juzgo adecuado que los precios finales de la vivienda aumenten por debajo de los precios de construcción, para impedir que pueda haber revalorización efectiva del suelo". En efecto, además de los costes de construcción, que crecieron el año pasado en promedio un 16,8%, según un avance de SEOPAN, los precios finales absorben gastos de promoción, costes Financieros y precios del suelo, sobre los cuales no hay datos precisos. Los constructores afirman que la financiación bancaria ordinaria, al menos, no ha bajado durante el pasado año (está entre un 18 y un 20%), el de los coeficientes de inversión obligatoria se ha mantenido y el dinero con subvención de intereses procedente del plan trienal no tuvo apenas incidencia en su primer año (véase EL PAIS del martes 6 de abril). De otro lado, los precios del suelo han acusado la caída de la demanda, el fuerte aumento de la oferta, como consecuencia de las necesidades de liquidez, y quizá algo de las cesiones de suelo por parte del Estado, que pueden llegar a ser gratuitas. Pero los constructores dicen carecer de datos al respecto y los promotores sólo publican encuestas cualitativas. Similar carencia de datos ofrecen los gastos de promoción.

Menor poder adquisitivo

Si esto impide aproximar estimaciones sobre márgenes y beneficios, no ocurre lo mismo con respecto al poder adquisitivo. Los aumentos de precio se aproximan más a la inflación del año pasado (14,4%) que a los inferiores incrementos de masa salarial del mismo ejercicio (en torno al 13% en la industria), los cuales desde 1978 no son negociados a partir de la inflación pasada, sino de la esperada (13%). En cualquier caso, el 16,8%, de incremento de coste total aleja nuevamente este factor de la inflación del mismo año, hasta el punto de absorber buena parte de la subvención de intereses (del 14% al 11%) previstos en el plan trienal de viviendas. La disparidad entre inflación y costes durante los últimos años, que puede apreciarse en el segundo cuadro adjunto, ha ampliado las necesidades de financiación, cuya disponibilidad y precio han dificultado a muchos ciudadanos el acceso a la vivienda o han icrementado la detracción que supone esta de sus ingresos anuales. Como a este problema se une en España la escasa presencia del mercado de alquileres, dificultado también por el factor financiero, no resulta extraño que en los últimos sondeos sobre preocupaciones del electorado ocupe lugar prioritario la vivienda, junto a la sanidad.Aunque los precios adicionales a los costes de construcción han empezado a moderarse y pronto pueden notarse los efectos del plan trienal de viviendas, todas las revisiones de módulos incrementan lógicamente las necesidades financieras. En efecto, las subvenciones de tipos de interés previstos en el plan trienal tienen un tope del 70%, del precio de la vivienda. De otro lado, los nuevos precios limitan el efecto de la reciente disposición que subvenciona con 3 puntos complementarios (del 14% cobrado por la banca se pasa así al 8%) los tipos de interés para viviendas de protección oficial hasta 90 metros útiles cuadrados o que no excedan de 3,5 millones de pesetas. Una vivienda protegida de 90 metros costará a partir de ahora 3,85 millones de pesetas.

Por el contrario, amplia la repercusión de otra reciente medida: la posibilidad de incluir en el plan trienal la financiación de hasta 90 metros para las viviendas libres que no excedan los 120 metros útiles. La única condición impuesta era que su precio no sobrepase el módulo de las viviendas de protección oficial multiplicado por 1,4, operación que ahora alcanzará hasta mayores precios.

Un paro llamado a bajar

Según la Confederación Nacional de la Construcción, los costes de construcción, sin ponderar en ellos la producción por hora y hombre, crecieron el año pasado un 18,8%, por efecto sobre todo de los aumentos laborales (14,3%) y de material (24,6%), si bien las mayores subidas contabilizadas están en ligantes (46%), cemento (40%) y energía (32,84%). Los dos puntos de diferencia (debe advertirse que el 16,8% es media de la construcción, donde a la obra civil SEOPAN atribuye un 20,8% y a la edificación un 15%) se explican en que una primera estimación sitúa el aumento de producción por hora y hombre en el 7%, debido a que el empleo se ha mantenido en descenso.

Concretamente, el número de trabajadores de la construcción ha pasado de 983.500 a 948.900 entre los últimos trimestres de 1980 y 1981. En paralelo, la tasa de paro en el sector ha pasado del 24,6% al 27,1%, en promedio nacional. No obstante, las perspectivas del plan trienal son bastante favorables (véase EL PAIS del pasado martes), pues SEOPAN estima que por cada millón de pesetas invertido genera 1,2 puestos de trabajo: 0,7 por efecto directo, 0,5 por los indirectos (actividad en empresas auxiliares y suministradoras, mayor gasto de los trabajadores, etcétera).

El vicepresidente económico del Gobierno, Juan Antonio García Diez, dijo el pasado martes ante varios periodistas que el empleo en construcción podrá mantenerse o aumentar este año, al igual que el del sector servicios y el de buena parte de los subsectores industriales que sufrieron en 1981 el impacto de las reconversiones.

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