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La India presenta en el Reino Unido 'un panorama fabuloso' de su cultura ancestral

El festival indio fue inaugurado en Londres por Indira Gandhi

Andrés Ortega

De visita oficial en Londres, la primera ministra de la India, Indira Gandhi, inauguró recientemente el Festival de la India, una serie de veinte exposiciones y otros acontecimientos que dominarán la vida cultura¡ de la capital británica en los próximos siete meses. Sus organizadores lo han descrito como "un panorama rico y fabuloso del arte en la India".

El espectacular proyecto fue lanzado en 1978 por el Gobierno laborista británico y por la Administración janata de la India, siendo heredado por Margaret Thatcher e Indira Gandhi, en un esfuerzo por potenciar la imagen de la India en el Reino Unido, donde más de un millón de ciudadanos británicos son originarios de aquel país.Para presentar este panorama cultural de la India, el mayor nunca mostrado en Occidente, ambos gobiernos organizadores han gastado unos cuatrocientos millones de pesetas, a los que se han venido a añadir cuantiosas sumas de empresas privadas que ven en este festival una oportunidad para sus intereses comerciales. El foco del festival es la exposición que, bajo el título En la imagen del hombre, se ha abierto al público en la Hayward Gallery, de Londres. Más de quinientas obras -pinturas y esculturas en su mayoría- relatan 2.000 años de arte indio, desde el siglo III antes de Cristo hasta 1850. Dos terceras partes de las obras vienen de la India, y muchas de ellas no han sido nunca vistas antes por ojos británicos, entre ellas los bronces del siglo IX de Thanjavur. Las diversas salas están organizadas por los temas que dominan la vida india, de la naturaleza a la mitología de los grandes dioses indios, como Vishriu y Shiva. Los que lo hubieran olvidado pueden redescubrir la rica diversidad regional, cultural y religiosa de la India, donde hay quince lenguas oficiales y donde no existe un único origen racial. En la India, junto a induismo, budismo, janismo, está el Islam, teniendo la segunda mayor población del mundo que practica esta religión, después de Indonesia.

Como ha señalado la escritora india Gita Mehta, la India no tiene centro: es sólo un campo de experiencia". El impacto de este festival en los antiguos colonizadores puede ser inmenso, acostumbra dos a ver a la población india en e Reino Unido como familias estrechamente unidas que trabajan hasta más tarde que nadie en los supermercados. A pesar de que el carácter semioficial de este festival ha dejado al margen algunos aspectos culturales indios, especial mente los de los afincados en el Reino Unido, esta operación podría ayudar a paliar el racismo que impera en algunos sectores británicos. Así, Indira Gandhi inauguró en el Museo de Ciencia de Londres una exposición sobre la Cien

cia, tecnología y medicina en la India, que muestra el largo desarrollo desde la matemática antigua hasta los cohetes SLV-3. Este mes el Museo Británico dedica unas salas a El arte del libro en la India, uno de los más antiguos del mundo.Por otra parte, este mes, la Tate Gallery abre sus puertas a "artistas indios modernos", entre los que se encuentran M. F. Hussein, Bhupen Kharkhar y K. G. Subramanyam, que se verá completada con otra exposición de arte indio moderno, en septiembre, en la Royal Acaderny of Arts. Para ilustrar los aspectos sociales de la India, a partir del 21 de abril el Museo Victoria and Albert recreará la vida en tiempos de la corte del Gran Mogol, en el siglo XVII y XVIII, y el Museo de la Humanidad expondrá la vida en un modelo de pueblo indio, Vasna, recordando que un 80% de la población de la India vive en pueblos. Este verano, la sala de arte del Centro Barbican estará dedicada a Aditi. El papel del niño en la India.

El Festival de la India es una excelente oportunidad para los británicos de tener acceso a una cultura extraña que han metido en su propio país, reflejando así la mezcla cultural y social que experimenta el Reino Unido. La gran exposición sobre Japón, el año pasado, hizo descubrir, a los que no lo sabían, que los japoneses no sólo tienen cámaras de fotos y calculadoras, sino también un rico pasado cultural.

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