Cuatro periodistas holandeses, muertos en El Salvador
Cuatro periodistas holandeses, pertenecientes a la empresa periodística News, fueron muertos el miércoles por la tarde a unos sesenta kilómetros al norte de San Salvador, en una zona rural del departamento de Chalatenango. Veinticinco horas después, el Ejército no había dado aún información policial sobre el hecho y se desconocía el paradero de los cuatro cadáveres. Corresponsales trasladados a la zona sólo pudieron encontrar sus ropas manchadas de sangre.Pasa a la página 3
El asesinato se produjo horas después de que un comando de ultraderecha amenazase de muerte a 35 periodistas
Viene de la primera páginaEl suceso se produjo apenas unas horas después de que un comando ultraderechista autodenominado Maximiliano Hernández hiciese pública una lista con nombres de 35 periodistas a los que daría muerte allí donde se encontrase.
Según el relato de una campesina que vive en la pequeña localidad de Santa Marta, hacia las cinco y media de la tarde del miércoles se produjo un combate entre fuerzas del Ejército y guerrilleros. Apenas a dos kilómetros de este lugar se encuentra el cuartel de Infantería de El Paraíso, una moderna guarnición contruida con asesoramiento norteamericano.
A unos dos kilómetros de esta guarnición, un pantalón vaquero, de fabricación inglesa, aparecía en el suelo junto a una camisa blanca totalmente manchada de sangre y con varios orificios de bala.
Unos metros más adelante se encontraban otras dos camisas de fabricación extranjera. Regueros de sangre en los matorrales revelaban que los cuerpos habían sido arrastrados por el camino.
Los cuatro periodistas muertos son Jacobus Andries Koster, Ter Laag Hans. Lodewijk, Ghiusper Jan Cornelis y Johannes Jan Williemsen. El jefe del equipo, Koster, fue citado el pasado día 11 por la Policía de Hacienda para prestar declaración, después de que su nombre fuera encontrado en el bolsillo de un guerrillero muerto en Usulután.
En aquella ocasión, se le acusó de tener contactos con la guerrilla, lo que Koster, que acudió a la Policía con sus tres compañeros, negó. Después de prestar declaración, firmó un escrito en el que reconocía que no había sido violentado en ningún momento.
Ninguno de los periodistas asesinados figuraba en las listas con que el comando había amenazado de muerte el miércoles a 35 periodistas, entre los que se citaba al agregado de Prensa de EE UU.
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