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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

El coronel Ibáñez Inglés declara que Milans y Armada ordenaron a Tejero el asalto al Congreso de los Diputados

La vista del juicio contra los 33 procesados por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero se reanudó ayer con la continuación del interrogatorio del procesado coronel Ibáñez Inglés, iniciado el lunes por el fiscal. Estaba ayer presente en la sala el subdirector de Diario 16, José Luis Gutiérrez, tras la decisión del tribunal de devolver la acreditación al citado medio. Ibáñez Inglés declaró que los generales Milans y Armada no es que tuvieran que "reconducir" la acción de Tejero, sino que ordenaron al teniente coronel que asaltara el Congreso como detonante de una operación de alcance nacional. Añadió que Milans le confesó que estaba preparada una reforma de la Constitución para entrar en vigor inmediatamente después del 23-F y que "un general monárquico" iba a formar Gobierno.

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En relación con el bando, Ibáñez Inglés afirmó fue llamado a las nueve y media de la mañana del 23 de febrero por Milans, quien le dictó el encabezamiento del bando y él se limitó a redactar el articulado a partir de las Reales Ordenanzas. Reconoció que no consultó el texto constitucional ni siquiera para verificar la regulación de los estados de excepción y de sitio. "Yo sabía", dijo el coronel procesado, "que el meinifiesto era para mantener el orden, hasta que se recibieran órdenes de la superioridad y del Rey. Exclusivamente para eso". Añadió que ni a él ni a Milans se les ocurrió recurrir a la consulta de expertos juristas. Precisó también que el bando no fue transmitido a otras regiones, pero sí solicitado po:r "muchas capitanías"Ibáñez Inglés manifestó que ningún jefe de las unidades tácticas de la Tercera Región Militar conoció las órderies hasta que, una vez recibida la palabra clave Miguelete, abrieron los sobres que se les habían remitido. Señaló que, a las siete de la tarde del 23-F, Tejero telefoneó a capitanía general y dijo que a su lado se encontraba un coronel que aseguraba que Valencia no secundaba la operación. En ese momento se puso al teléfono el entonces jefe de la primera circunscripción de la Policía Nacional, coronel Alcalá Galiano, quien le dijo a lbáñez: "Diego, voy a entrar", refiriéndose a la entrada de efectivos de la policía en el Congreso, ocupado por Tejero. Declaró el procesado que pidió a Alcalá Galiano que no lo hiciera y rogó a Tejero que parara al coronel de la Policía Nacional, aunque no le dijo que le desarmara.

Negó Ibáñez Inglés que, como afirmaba el fisceil, la primera llamada del Rey a Milans se hubiera producido a las 19.47 del día 23 y afirmó que, segúri consta en el cuadrante horario existente en el despacho de los ayudantes, la primera llamada de la Zarzuela tuvo lugar a la una de la madrugada del 24. Indicó en este sentido que el Monarca hizo sus llamadas a través de la Compañía Telefónica y no a través del teléfono rojo, por lo que pasaban por el citado despacho. "En la primera conversación", recordó Ibáñez, "el Rey le preguntó al capitán general qué estaba haciendo, y le ordenó que retirara las tropas de la calle. El capitán general ordenó al estado mayor de la región que dispusiera el acuartelamiento.

Precisó que la segunda llamada de la Zarzue la se recibió media hora después y en ella el Rey preguntó a Milans si había retirado las tropas, a lo que éste respondió: "Sí señor, he cumplido sus órdenes". En este sentido dijo que la orden de retirada de las tropas de las calles de Valencia la dictó Milans a la una y cinco de la madrugada.

Tejero dio la contraseña para Armada

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-Fiscal: ¿A qué hora hizo Milans del Bosch la ronda de llamadas a los capitanes generales?

-Ibáñez Inglés: Después de que se diera al general Armada la contraseña duque de Ahumada para que entrara en el hemiciclo.

-Fiscal: ¿Para entrar en el Congreso o para entrar en el hemiciclo?

-Ibáñez Inglés: En el hemiciclo. A mí, el teniente general Milans del Bosch, después de hablar con la Jefatura del Estado Mayor del Ejército, me pidió que llamara a Tejero y le solicitara una contraseña para que alguien pudiera entrar en el hemiciclo. Tejero me co municó la contraseña duque de Ahumada, y yo, por orden de Milans, llamé al teniente general Gabeiras, quien me pasó a otra persona, que por la voz creo que era Armada, a quien se la facilité.

Volvió a preguntar el fiscal so bre la hora en que estaban total mente acuarteladas las tropas en Valencia y el procesado precisó que a las 4.30 horas del día 24-F Indicó asimismo que el escrito anulando el bando se difúndió a la misma hora, aunque la decisión se había tomado a las 3.45. Aseguró que el télex del Rey, en el que pedía a Milans que ordenara a Teje ro deponer su actitud, se recibió a las 2.30 de la madrugada del 24-F "Se hicieron", dijo Ibáñez, "numerosos intentos de hablar con Teje ro pero fue imposible. Ya por la mañana, Tejero nos llamó por el radioteléfono del coche oficial del presidente del Gobierno, y yo le transmití, por orden de Milans del Bosch, que depusiera su actitud. Me pidió que llamara a Armada para que fuera a negociar con él, lo que hice".

El coronel Ibáñez Inglés insistió en que mantuvo hasta tres reuniones con Armada entre el 18 de enero y el 23 de febrero y matizó que aunque él no le dió al mismo general el número del teléfono del despacho de su hijo, si aceptó que se le diera. Luego, a preguntas del fiscal, fue tajante al reconocer que sabía con antelación del plan para ocupar el Congreso y colaboró "Voluntariamente" con la opera ción del 23-F. El abogado del procesado, coronel Escandell, le preguntó en el turno de intervencíones de los defensores, si creía que España esta ba en una situación límite cuando se decidió a colaborar en la operación del 23-F, a lo que Ibáñez Inglés contestó: "Totalmente"

"Lo principal era la obediencia al Rey"

-Escandell: ¿Interpretó que la Constitución daba a las Fuerzas Armadas la misión de reconducir este tipo de situaciones límite?

Ibáñez Inglés: En las explicaciones de las Reales Ordenanzas, en los discursos y conferencias, se ha planteado en numerosas ocasiones si en una situación límite, había que preservar la Constitución y obedecer al Rey. Y no quedó duda de que lo principal era la obediencia a su majestad, como guardián que es del ordenamiento constitucional.

En una posterior intervención, el abogado Ramón Hermosilla, defensor del general Armada, preguntó a Ibáñez la razón por la que en sus declaraciones sumariales no hizo mención de la comida que Milans y Armada celebraron en Valencia, el día 10 de enero de 1981, con motivo de la visita del segundo a dicha capital, a lo que el coronel procesado contestó que no se le había preguntado expresamente sobre este tema. Ibáñez Inglés recordó luego al abogado de Armada que, tras el careo con su patrocinado, le dijo al mismo que tenía pruebas contundentes para desmontar, en su momento, sus declaraciones.

Gerardo Quintana, defensor del general Torres Rojas, preguntó al declarante si en capitanía se había recibido a las 19.30 horas del 23-F una llamada del general Juste para pedir instruciones. Ibáñez Inglés puntualizó: "Aclaraciones sí. Lo que no pidió fueron órdenes".

A preguntas luego del abogadc Adolfo de Miguel, defensor de Camilo Menéndez, Pardo Zancada y García Carrés, el coronel Ibáñez Inglés declaró que ni él ni el teniente coronel Mas participaron en la conversación mantenida en Valencia, el 10 de enero de 1981 entre Milans y Armada. "Con el permíso del general Armada", precisó, "al término de la comida y de la posterior reunión, nos relató su contenido". Contestó de forma afirmativa Ibáñez Inglés cuando el mismo abogado le preguntó si en las tres entrevistas que mantuvo con Armada, éste entendió para qué iba a verle.

"Miláns y Armada ordenaron el asalto al Congreso"

Intervino después el abogado de Tejero, Angel López Montero, quien preguntó al declarante si, tras la reunión celebrada el 18 de enero en la calle de¡ General Cabrera, Milans le había hablado que en la misma estuvieran presentes distintos grupos que contrastaron opiniones. Matizó Ibáñez Inglés que lo único que le informó fue de las personas que asistieron . Manifestó el procesado su convicción de que la denominada "operación Tejero" no era algo al margen, sino que le fue ordenada al teniente coronel por el general Armada, como detonante de una operación con carácter nacional que iba a llevarse a cabo. En este sentido expuso su opinión de que Milans y Armada no es que tuvieran que reconducir la "operación Tejero", sino que le ordenaron al teniente coronel que asaltara el Congreso.,

-López Montero: Se ha manifestado que el general Armada dijo, en la conversación que mantuvo el 23-F con Mílans, que al teniente coronel Tejero no había quien lo parara. ¿Cree usted que a un teniente coronel no le pueden parar los mismos generales?

-Ibáñez Inglés: Yo no he entendido nunca que Armada o quien habló con Milans el 23-F, dijera que al teniente coronel Tejero no hubiera quien lo parara.

Ibáñez Inglés reveló luego que antes del 23-F, Milans le dijo que ya se había preparado el texto constitucional modificado, que entraría en vigor después de esa fecha, que iba a formarse un gobierno mixto presidido por un general monárquico y que la Junta de Jefes de Estado Mayor la presidiría un general cercano al Rey.

Volvió a surgir en la vista el documento C-3 del CESID, en to:rno a una supuesta preparación Ipor parte de Comisiones Obreras de un asalto a los cuarteles, en caso de producirse un golpe de Estado. Ibáñez Inglés afirmó que dicho informe partía de fuentes seguras y que su grado de fiabilidad era de "posible exactitud".

Tras el acostumbrado descanso del mediodía, tomó la palabra el abogado Martín Fernández, defensor del teniente coronel Mas Oliver. Ibáñez declaró, a preguntas del letrado, que, de los quinientos jefes, oficiales y suboficiales de las III Región Militar (Valencia), sólo habían sido procesados milans, Mas Oliver y él mismo. Y volvió a decir que el Rey llamó tres veces a Milans -a la 1.00 de la madrugada, a las 1,30 y a las 4.30- y que Don Juan Carlos ordenó el acuartelamlento de las tropas en la primera de ellas.

Precisó Mas Oliver, a preguntas del mismo abogado, que a la 1 .30 Milans comunicó al rey que ya se había dado la orden de repliegue de las tropas y que la última unidad se acuarteló a las 4.30.

-Martín Fernández: ¿Le mandó el Rey entonces un abrazo a Milans?

-Ibáñez: Nosotros, cuando estaba terminando la conversación telefónica, oímos a Milans decir: "Otro abrazo igualmente parajos, señor".

El coronel Ibáñez aseguró a continuación que los ayudantes de Milans habían sido fieles a su capitán general y que ninguno de ellos está procesado. Concluyó este abogado preguntando si , en las fechas anteriores al 23-F existía un ambiente de preocupación nacional, a lo que el coronel procesado respondió que en la III Región Militar había mucha tensión.

El vehículo fue un Volkswagen

A preguntas de Rogello Ga.rcía Villalonga, defensor del comandante Cortina, el coronel Ibáñez afirmó que tuvo conocimiento de ese jefe, por primera vez, después de la conversación telefónica nriantenida el 21 de febrero entre Armada y Milans. Añadió que ese día tuvo la certeza de que iba a producirse el asalto al Congreso de los Diputados, si bien sabía desde poco antes que esto iba a llevarse a cabo, ya que se preparaba una entrevista entre Armada y Tejero.

-García Villalonga: Usted fue el vehículo utilizado por Milans para transmitir a Armada el contenido de la reunión de la calle General Cabrera, el 18 de enero. ¿Cómo dice entonces que no sabe todo lo que se dijo allí

-Ibáñez: Yo no fui el vehículo. el vehículo fue un Volkswagen. A

El coronel Ibáñez Inglés declara que Milans y Armada ordenaron a Tejero el asalto al Congreso de los Diputados

mí me ordenó mi teniente general transmitirle a Armada sólo las decisiones adoptadas en aquella reunión.El presidente del tribunal interrumpió entonces al procesado para pedirle que no fuera irónico en las respuestas.

El diálogo concluyó con un tenso intercambio de frases que tuvo que cortar el presidente del tribunal.

-García Villalonga: Usted ha declarado que no grabó la conversación supuestamente mantenida en la tarde del 22 de febrero entre Armada y Milans, en su despacho de Valencia, por lealtad a su capitán general. ¿No habría sido también una prueba de lealtad haberla grabado para tener una prueba?

- Ibáñez: Para saber de lealtad, habría que haberse tirado cinco años en la Academia, en la que le están a uno insistiendo en eso, y luego haber estado ejerciéndola durante cuarenta años de servicio.

-García Villalonga: Quiero recordarle al procesado que en las universidades también se nos enseña tanto o más lealtad y honor que a ustedes...

El presidente zanjó la cuestión señalando que las manifestaciones de uno y otro no venían a cuento y que cuando los militares hablan de lealtad y honor no lo hacen en detrimento de otras personas con formaciones distintas a las castrenses.

Le preguntó a continuación José Zugasti, abogado del capitán Batista, si estuvo fuera de España entre el 23 de febrero y el 16 de marzo, fecha en la que fue arrestado, a lo que Ibáñez respondió que, efectivamente, pasó un fin de semana en Perpignan (Francia) y que regresó porque no tenía "ningún interés en quedarme fuera de España".

Los tanques respetaron los semáforos

Afirmó también el coronel procesado que el comportamiento de las tropas que salieron a la calle en Valencia fue "ejemplar", que la población dio bocadillos y café a los soldados y que fue comentado favorablemente que los carros de combate, en su circulación por Valencia, respetaron las señales de tráfico.

A preguntas del abogado Caballero Montes, defensor del capitán Pérez de la Lastra, el coronel Ibáñez se extendió en elogios de la figura de Milans afirmando que él (Ibáñez) no participó en la operación del 23 de febrero por propia inicativa "porque quien está alguna vez a las órdenes del teniente general Milans del Bosch sabe que, por propia iniciativa, sólo hace las cosas en una ocasión".

-Caballero: ¿Le dijo usted al general Urrutia, jefe del estado mayor de la III Región (Valencia), o le comentó su conversación de las nueve y media de la mañana del 23 de febrero con el capitán general Milans?

-Ibáñez: Sí. Le dije que iba a redactar un documento por orden del teniente general Milans del Bosch.

El procesado afirmó luego que no era necesario que un jefe de estado mayor asesorase al general sobre algún tema a todas luces evidente, refiriéndose a otra pregunta hecha por un letrado sobre si se había consultado a un jurista antes de redactar el bando de Valencia.

El abogado Sanz Arribas, defensor del capitán Bobis, preguntó si la voz que oyó por teléfono cuando dio la consigna duque de Ahumada al Estado Mayor del Ejército era la misma que escuchó en las llamadas telefónicas de los días 21 y 22 de febrero, a lo que Ibáñez respondió: "No me cabe la menor duda. Incluso, durante la instrucción del sumario, me ofrecí al excelentísimo señor juez instructor para reconocer entre veintidós voces la del general Armada".

Referencia al Rey

El defensor de dos de los oficiales de las Guardia Civil procesados preguntó al interrogado sobre la actitud de las fuerzas del cuerpo que ocuparon el Congreso, a lo que Ibáñez respondió que le pareció que fue de gran corrección. "Ayer", continuó, "ví cómo lloraban los oficiales de la Benemérita cuando firmaban un telegrama que remitieron a la esposa del cabo del cuerpo asesinado ayer en Rentería".

Añadió el ex segundo jefe de estado mayor de la Capitanía General de Valencía que tanto él como Milans, así como Tejero y sus guardias civiles, estaban convencidos de que el Rey "estaba enterado" de lo que iba a suceder el 23 de febrero.

El teniente coronel de Meer, defensor del capitán Dusmet, aludió nuevamente al informe del CESID sobre posibles acciones de Comisiones Obreras en Valencia y el procesado afirmó que, a su juicio, dicho informe aconsejaba tomar las medidas precautorias que ordenó el capitán general y que cualquier acción se ejecuta siempre para cubrir la hipótesis más peligrosa y que, también a su juicio, la hipótesis de la que daba cuenta el informe era peligrosa.

Colaboración cívico-militar

El letrado Muiñoz Perea, defensor del capitán Pascual Galvez, preguntó a Ibáñez Inglés si en sus entrevistas con Armada tuvo la sensación de que éste se pronunciaba con gran firmeza y, por tanto, no le quedó duda de la seriedad de la operación. El procesado respondió que sí, que Armada siempre le decía que estaba a las órdenes del Rey, y así se lo transmitió él a Miláns.

-Muñoz Perea: ¿Se resistió alguna autoridad civil de Valencia a lo contenido en el manifiesto difundido por la capitanía general en la tarde del 23 de febrero?

-Ibáñez Inglés: No. Al contrario. Fue un momento de gran colaboración cívico-militar.

-Muñoz Perea: ¿Tiene conocimiento de que alguna de esas autoridades civiles estén o hayan estado detenidas por no resistirse al manifiesto?

-Ibáñez Inglés: No.

Luego, a preguntas del abogado Julio Ortiz Ortiz, defensor del teniente Pedro Izquierdo, el coronel procesado dijo que, en la noche del 23-F, salieron a las calles de Valencia setenta de los 600 tenientes destinados en la región, de los que ninguno ha sido procesado, arrestado o amonestado. A la pregunta que le hizo el abogado Manuel Novalvos, defensor del teniente Boza, de si se consideraba monárquico, Ibáñez Inglés respondió: "Soy monárquico, pero no monárquico tradicional ni generacional, sino monárquico de la sangre que derramó mi padre mientras moría al grito de Viva el Rey y Viva España".

Solicitado un careo Ibáñez-Armada

Una vez que los miembros del tribunal expresaron su intención de no hacer preguntas a Ibáñez Inglés, tomó la palabra el abogado Salvador Escandell, quien solicitó un careo a puerta cerrada, "por razones de moralidad y disciplina", entre Armada y su defendido, Ibáñez Inglés, dadas las contradicciones existentes, en su opinión, entre las declaraciones de ambos procesados. Basó su solicitud el abogado en el artículo 843 del Código de Justicia Militar, en relación con el 753, y señaló que, aunque en el artículo 741 queda fijado que no puede solicitarse una prueba que no haya sido pedida antes de la fijación de la vista y fallo del juicio, en el 753 se deja la decisión al criterio del presídente del Consejo Supremo de Justicia Militar.

Intervino entonces el fiscal, quien precisamente en base al artículo 741 del Código de Justicia Militar se opuso al careo solicitado, del que opinó que no iba a arrojar luz sobre el tema.

A las dos menos veinte de la tarde, el presidente del tribunal levantó la sesión hasta las cuatro de la tarde no sin antes indicar que el Consejo se reuniría para estudiar la peticición del careo Ibáiíez-Armada nada más iniciarse la sesión de la tarde, el presidente de la sala comunicó que el Consejo había denegado el careo solicitado.

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