El problema humano del aborto
Bajo este título general, el Grupo Especial de Expertos en Aborto de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) se reunió, gracias a la hospitalidad de la Fundación Rockefeller, en Bellagio (Italia), en febrero de 1978, para poner al día la política de la federación en un momento de grandes avances técnicos y sociales.La reunión tuvo lugar meses antes del cambio de la legislación en Italia y recoge esa situación de tránsito entre la prohibición y la legalización, que comienza a entreverse también en nuestro país.
Por ello, y alarmado por la celebración el 16 de marzo, en Bilbao, del juicio a once mujeres por un delito que a 150 kilómetros por autopista (Bilbao-Bayona) es un derecho fundamental de la mujer, es por lo que planteo unas reflexiones.
La IPPF apoya la anticoncepción frente al aborto; "sin embargo, durante los últimos veinte años ha cambiado enormemente la tecnología de la regulación de la fecundidad y, como resultado, los efectos sobre la salud de la nueva tecnología médica. Esto ha llevado a la IPPF a propugnar que:
-El bienestar del hombre y la mujer afectados debería ser el factor principal en todo servicio para la salud.
- Los médicos deberían respetar la voluntad de quienes piden su ayuda para así lograr su bienestar.
Al proceder así les será posible proporcionar anticoncepción en forma más completa y continua que si adoptaran actitudes críticas y punitivas".
El factor restrictivo en el aborto es la ley que, sin conseguir eliminar el recurso al aborto, determina la existencia de dos tipos: el legal y el ilegal. "El resultado de este incumplimiento de la ley y de su aplicación desigual es que, en general, son las mujeres ricas y con instrucción las que pueden conseguir servicios de aborto eficientes, dejando a las mujeres pobres, a las jóvenes y a las de zonas rurales, especialmente, que se arreglen como puedan con procedimientos inseguros en lugares poco recomendables".
La mujer que debe recurrir al aborto ilegal se sitúa en un riesgo sanitario cien veces mayor que la que tiene acceso al aborto legal. En ningún otro aspecto de la salud "una simple decisión legal/ administrativa puede producir un cambio tan grande, esto es, que en ningún otro aspecto puede un cambio legal reducir el riesgo para la salud del individuo al 1% de su nivel alternativo".
La regulación legal del aborto permite además "realzar los derechos humanos de la mujer, la dignidad y calidad de la vida familiar y la justicia social". El aborto ha pasado del terreno de la ley penal al del bienestar, que abarca toda forma de regulación de la fecundidad.
Opciones para la reforma legal
A nadie se le escapa que el aborto va a ser regulado por ley en nuestro país más tarde o más temprano, pero esta tardanza está incrementando inútilmente el sufrimiento de muchas mujeres y acarreándolas penas de privación de libertad.
Esta situación no concuerda con el uso social, con el sentir de una mayoría de ciudadanos y con principios humanos y de deontología profesional que es necesario realzar:
1. El derecho humano de decidir el número de hijos que se desea tener y cuándo tenerlos, establecido en la Proclamación de Teherán de los Derechos Humanos (1968), proclamado en la Reunión Internacional sobre Población en Bucarest (1974) y reafirmado claramente en la Reunión Internacional de Mujeres en la Ciudad de México (1976).
2. El principio de que se apliquen las leyes a todos por igual. La facilidad con que las mujeres que tienen medios económicos pueden evadir legalmente la pro hibición del aborto, yendo a otro país donde éste se obtiene fácilmente, deja sólo a las mujeres; pobres y con inconvenientes sujetas a la ley prohibitiva.
3. El principio del derecho a la intimidad e integridad. Esto convierte la decisión del aborto en una cuestión privada entre la mujer y su médico.
4. El principio de necesidad. El que ejecuta la acción no es punible... si esta acción se realiza para defender su vida o salud, o la vida o la salud de otros ante: peligro inminente.
5. El principio de obligación básica del médico a decidir, según su juicio clínico y razones; médicas, qué es lo más conveniente para la salud de la paciente.
El embarazo no deseado es uno de los problemas que más angustia despierta en la mujer y más conflictos en la consulta del ginecólogo.
El embrión no es sujeto de derecho. El aborto es un problema que enlaza con la dignidad de la mujer y su derecho a decidir sobre su cuerpo, a pesar de las manifestaciones de algunos profesionales, que parecen más capaces de adivinar el sexo del embrión que de recordar el color de los ojos de la mujer que se presenta en su consulta en busca de ayuda.
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