La Conferencia de Madrid, aplazada hasta noviembre
La reunión de Madrid de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) fue aplazada ayer hasta el próximo día 9 de noviembre, en medio de duras críticas entre norteamericanos y soviéticos y con la sensación generalizada de que este mes de sesiones "no ha servido para nada". La Unión Soviética lo consideró oficialmente como "una etapa de posibilidades perdidas". Los 35 estados participantes en la CSCE (todos los europeos, excepto Al bania, más Estados Unidos y Canadá) reanudarán sus trabajos en Madrid el próximo otoño, sobre la base del documento redactado por los ocho países neutrales y no alineados -conocido como RM/39-, que contiene una serie de puntos aceptados por todas la partes, pero al que habrá que añadir, cuando se reanude la Conferencia, párrafos referentes a cuestiones de derechos humanos, libertad informativa y aspectos relacionados con el mandato para una conferencia de desarme europeo.
En principio, "teniendo siempre presente la evolución de la situación internacional hasta entonces" (noviembre), comentó el embajador español Javier Rupérez, la fase madrileña de la CSCE debería acabar con un documento equilibrado y consensuado por todos el próximo 17 de diciembre.De todas formas, el clima de tensión en las relaciones Este-Oeste, mencionado por diferentes delegados en sus discursos de ayer, hace imposible presagiar si finalmente la CSCE terminará con éxito el próximo otoño.
A manera de anécdota y como reflejo de esta tensión, la delegación soviética suspendió ayer un almuerzo con la delegación norteamericana, acordado previamente, a causa del tono de dureza empleado en su discurso por el embajador de EE UU, Max Kampelman. Su homólogo soviético, Leónidas llichev, lo tachó de "provocativo y demagógico".
Recriminaciones de EE UU
Los dos calificativos utilizados por los soviéticos para describir el discurso de Kampelman obedecen no tanto a las ideas generales del mismo sino al tono utilizado, que contiene citas de Aleksandr Solyenitsin, alusiones a la llamada doctrina Breznev sobre la soberanía limitada en el Este europeo que "pone en peligro la paz" y hasta una directa recriminación a las autoridades soviéticas de que, a pesar de sus promesas de "pan y libertad" al pueblo ruso, han pasado seis décadas sin que el nivel social haya mejorado.
Kampelman insistió, como es habitual en sus discursos, en el número de perseguidos en la Europa del Este y contabilizó casos personales sobre violación del Acta de Helsinki. Ilitchev, reitero también los argumentos que repite desde el pasado 9 de febrero, acusando a EE UU y a otros países de la OTAN de dañar la reunión de Madrid, siguiendo un "curso destructivo y obstruccionista", lo que para Moscú supone la "amenaza de destrucción de todo lo positivo alcanzado como resultado de la conferencia de Helsinki.
España, como país anfitrión, tomó ayer la palabra. El embajador Javier Rupérez insistió en que "son las actuales circunstancias internacionales las que aconsejan la pausa, porque estas cuatro semanas de confrontaciones agrias, e incluso de frustración, merecen Una reflexión".
El embajador español mantuvo una actitud crítica hacia la URSS e hizo un apartado dedicado a analizar las repercusiones actuales de los acuerdos de Yalta. Aseguró que, frente a unos señalados riesgos que entrañaría alterar el mapa político trazado en 1945, él se preguntaba sí los pueblos europeos no han madurado desde entonces y si no es posible alterar una situación de casi cuarenta años.
Durante los siete meses de pausa no está previsto ningún trabajo dentro de la estructura de la CSCE. Sin embargo, el grupo de ocho paises neutrales y no alineados tiene intención de efectuar contactos bilaterales con el resto de los participantes, y entre ellos mismos mantendrán dos reuniones en Belgrado (el próximo mes de mayo) y en Helsinki (en septiembre) para establecer la estrategia de cara a obtener un resultado final positivo en la fase de reanudación, informó una fuente diplomática neutral.
Incidente entre los delegados turco y chipriota
Además, por primera vez en el transcurso de la presente fase de la CSCE, tuvo lugar ayer un serio enfrentamiento entre las delegaciones turca y chipriota, con inclusión de Grecia en el altercado diplomático.
La acusación del ministro de Asuntos Exteriores chipriota, Nico Rolandi, contra la presencia turca en Chipre, fue contestada por el jefe de la Delegación turca, que se refirió al político de la isla como jefe del comité greco-chipriota, no reconociéndole el estatuto de delegado de un país soberano, lo que motivó la inmediata respuesta acalorada de Rolandi, apoyado por la delegación griega.
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