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El Reino Unido renovará su arsenal nuclear con submarinos y misiles norteamericanos Trident D-5

Andrés Ortega

En los próximos días, el Gobierno británico anunciará su decisión de renovar su arsenal estratégico nuclear con los nuevos misiles Trident DS, que podrían incluso ser útiles, en opinión del ministro de Defensa, John Nott, en una era posatlantista. La decisión se tomará en contra de la opinión pública, de la oposición, de algunos conservadores e incluso de los sentimientos del estamento militar, según fuentes " informadas. Pero para que el proyecto saliera adelante los conservadores tendrían que ganar las dos próximas elecciones generales. Podría ser ya tarde para rehacer la defensa convencional del Reino Unido, socavada por los gastos nucleares.

En 1980, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, tomó la decisión de reemplazar los actuales submarinos y misiles estratégicos Polaris por los nuevos Trident C4 norteamericanos, que se convertirían así, en la última década del siglo, en la fuerza de disuasión nuclear independiente británica. En octubre de 1981, Ronald Reagan decidió cancelar el proyecto de los C4 para comenzar el de los Trident D5, mucho más costosos, y que supondrán, al menos, 7.000 millones de libras (1,3 billones de pesetas), a precios actuales.El presidente Reagan ha acudido, según The Sunday Times, en ayuda del Gobierno británico; aunque las cabezas nucleares y los submarinos serán fabricados en el Reino Unido, el misil en sí y sus sistemas de dirección serán americanos. Ahora la Administración Reagan ha propuesto a Nott la fabricación de piezas de estos misiles -destinados al Reino Unido y a Estados Unidos- en Gran Bretaña. John Nott intenta así presentar el proyecto Trident como una creación de puestos de trabajo.

De la triada defensiva británica, la disuasión nuclear, las fuerzas en la República Federal de Alemania y la Marina, esta última ha empezado ya a sufrir los costes de los misiles. Nott anunció el pasado verano sustanciales recortes, que eliminarán un 25%, de las fragatas y destructores. El portaviones Invencible, vendido a Australia, es la última víctima.

Atlántico oriental

El Ejército británico del Rin es una necesidad política, más que militar, para la cohesión de la Ananza Atlántica y, por tanto, intocable, aunque su modernización quedará frenada.La inquebrantable voluntad de modernizar la fuerza de disuasión nuclear independiente ha llevado al Gobierno británico a descuidar el control de las rutas marítimas en el Atlántico oriental, fundamental para la llegada de refuerzos norteamericanos a Europa en caso de crisis.

La defensa convencional británica se ve, pues, diezmada, y no puede resultar sorprendente que la decisión sobre el Trident sea no sólo criticada por numerosos expertos, sino, en privado, por un amplio sector del estamento militar del Reino Unido.

Las razones esgrimidas para el mantenimiento de una fuerza de disuasión independiente han sido varias. El viejo argumento es el del general De Gaulle, señalando que basta con la capacidad para "cortarle el brazo al oso", con lo cual los soviéticos no se atreverían a atacar. El otro argumento es, que estos misiles independientes servirían como eslabón con las fuerzas norteamericanas. Los soviéticos no podrían saber si el disparo proviene de un submarino británico o de uno americano, pero este argumento se ve debilitado con las nuevas tecnologías sobre detección y seguimiento de submarinos.

Una encuesta realizada por la Cadena Comercial de Televisión ha venido a mostrar que un 63% de los votantes británicos se opone al Trident, apoyados en esta actitud por el Partido Laborista (partidario del desarme nuclear unilateral), la Alianza Liberal Socialdemócrata (que piensa que el Reino Unido no puede permitirse el lujo del Trident a costa de reducir su defensa convencional) y de algunos diputados conservadores, como el ex ministro de Marina Keith Speed.

Margaret Thatcher, o algún conservador de similar tesón, tendría que mantenerse en el poder durante diez años más para perpetuarel proyecto Trident.

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