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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

Expectación y contundentes medidas de seguridad en el exterior de la sala del juicio

Bajo un fuerte dispositivo de seguridad y ante la expectación de numerosos periodistas nacionales y extranjeros, que se aglutinaban en la puerta de acceso a las instalaciones militares del Servicio Geográfico del Ejército, situado en las proximidades de Cuatro Vientos, en las afueras de Madrid, comenzó sobre las 8.30 horas de ayer el desfile de militares, abogados, familiares de los procesados, representantes de los partidos políticos y periodistas acreditados para acudir al inicio de la vista sobre la intentona golpista del pasado 23 de febrero. En contra de lo que se pensaba, fueron pocos los curiosos que se desplazaron hasta la entrada a las instalaciones militares, y la tranquilidad en los exteriores de las mismas fue la tónica de la jornada.

Unidades de la Policía Nacional que desde la semana pasada ocupan posiciones y vigilan los alrededores del Servicio Geográfico del Ejército, ayer ampliaron sus efectivos para cubrir los accesos a las instalaciones militares. Desde la madrugada de ayer, varias compañías distribuyeron sus efectivos para cubrir vigilancia a lo largo de todo el paseo de Extremadura que lleva hasta el lugar donde tiene lugar la vista de la causa, y numerosos miembros de la Policía Nacional, a caballo, controlaban los alrededores del recinto, especialmente los que colindan casi con la Casa de Campo y los descampados próximos a RTVE.Asimismo, un grupo de las Compañías de Operaciones Especiales del Ejército (COE) custodia todo el recinto, cuyo acceso también está vigilado de forma permanente por una compañía de la Policía Militar. El impresionante despliegue policial reunió en los exteriores de las instalaciones, también, a algunos efectivos de la Guardia Civil y miembros del Cuerpo Superior de Policía, que escoltaban a las numerosas personalidades que asistieron al comienzo de la vista, mientras un helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló durante largo tiempo toda la zona.

La puerta posterior de estas instalaciones fue utilizada para el acceso de visitantes, familiares de procesados, periodistas y los representantes de los partidos y del Ministerio de Defensa, mientras por la puerta principal del Servicio Geográfico entraron los miembros del tribunal y los abogados defensores y codefensores.

Desde primeras horas de la mañana comenzó el desfile de asistentes, constantemente abordados por el grupo de periodistas que esperaba en la puerta su llegada. Informadores de prensa, radio y televisión, nacionales y extranjeros, desplazados a este lugar no pararon en toda la mañana de circular por todos los exteriores de las instalaciones, colocando frente a cualquier persona que se acercaba a la puerta de entrada sus magnetófonos, máquinas fotográficas y cámaras de televisión. Algún curioso despistado fue rodeado, también, por la oleada periodística, ante la estupefacción de éste.

Sánchez Covisa

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Entre las últimas personas que llegaron a estas instalaciones se encontraron los representantes de UCD, Joaquín Satrústegui y Emilio Attard, la anterior secretaria de Estado para la Información, Rosa Posada, y dos hijos del teniente coronel Antonio Tejero Molina, estos dos últimos con un rostro serio y apesadumbrado. Eran las 9.30 horas. Posteriormente, algunos militares, entre ellos dos delegados del Cuartel General del Ejército y algunos familiares de los procesados, pasaron la puerta metálica de acceso a la sala, que fue cerrada a las diez en punto.

Minutos más tarde, el ultraderechista y dirigente de los guerrilleros de Cristo Rey, Mariano Sánchez Covisa, acompañado de otra persona con boina negra y densa barba, llegó hasta la puerta posterior del Servicio Geográfico del Ejército. Tras darse, ambos, algunos paseos por la zona y conversar con algunos jóvenes que portaban una banderita española en la solapa, se marcharon del lugar. A las dos de la tarde fue levantada la sesión, que se reanudó dos horas después. Durante ese tiempo, algunos de los que asistieron al comienzo del Juicio salieron para comer y otros prefirieron tomar algún bocadillo en el bar que ha sido montado en el interior del edificio.

Los únicos incidentes de que se tienen noticia, en relación con el 23-F, ocurrieron a primeras horas de la noche de ayer en Barcelona, donde un grupo de jóvenes se congregaron en la zona del Ensanche, cerca de la calle Consejo de Ciento, y dieron gritos en favor de los procesados, durante unos minutos, hasta que fueron disueltos por la policía.

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