Una película menor

Otra mujerNo es nueva en el cine la historia de un muchacho locamente enamorado de su madre. Tampoco es nuevo que esa pasión se vea como una locura del joven quien, además, debe tener una conducta extraña que le haga sospechoso de delitos contra la razón. Otra mujer, por tanto, sólo podía interesar en la medida en que la vulgaridad de la historia se viera superada por un tratamiento inteligente o insólito.Nada más lejos de la realidad. Se repiten los tópicos habituales, aunque con un desarrollo dramático tan pobre y confuso que hasta se hacen irreconocibles. El director, Frank Apprenderis, en esta su primera película, no demuestra conocer los mínimos del oficio, solucionando la simple narrativa con planos duros, chirriantes, mal hechos.

A ello colabora el montaje que la película ha recibido posteriormente. Como la proyección apenas supera una hora y pocos minutos, puede suponerse que los productores han eliminado los posibles tiempos muertos que Ia narración contenía. No han suprimido todos.

Parte de esta sospecha se basa en la breve aparición de algunos actores españoles (se trata de una coproducción con nuestro país) que, aunque anunciados en gruesos caracteres, apenas superan el minuto de trabajo. Es el caso, por ejemplo, de Victoria Abril que se ofrece en términos de "colaboración especial" y sólo actúa el tiempo de decir un par de insustanciales frases.

Al margen de duraciones (cada filme puede tener la extensión que necesite) lo cierto es que Otra mujer aparece como película tan frustrada como la historia de amor que cuenta. No hay una explicación lógica de la conducta de los personajes principales, no se conduce la historia por un camino que llegue a interesar tanto por las intimidades de esos personajes irreceptibles, como por lo que pudieran tener de síntesis de problemas más amplios. La improvisada pasión del hijo por esa madre a la que antes apenas conocía, no tiene unos fundamentos dramáticos verosímiles o, en todo caso, no se proyectan luego hacía una historia que se aproxime, aunque fuera ligeramente, a la complejidad del drama de base. La resolución del conflicto se improvisa sobre la marcha, con tanta gratuidad como se inició.