Un descendiente de Jesús se emparentó con los merovingios, según autores británicos
La hipótesis de que Jesucristo haya tenido un hijo de María Magdalena cuyos descendientes entroncaran con los reyes merovingios de Francia es el punto de partida del libro La sagrada sangre y el sagrado grial, publicado ayer en Londres por tres investigadores británicos con el propósito de aclarar oscuros acontecimientos históricos.Según sus autores, una sociedad secreta, Le Prieuné de Sion, relacionada con los legendarios templarios, quiere restablecer a los merovingios en el trono de Francia.
Los descubrimientos de Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln se asientan, según los expertos, sobre terrenos muy movedizos y sobre algunos errores de interpretación. Son conjeturas más que hechos.
En 1891, Berenger Saunière, párroco de la iglesia de Rennes-le-Chateau, un pequeño pueblo francés cerca de Carcassonne, descubrió unos pergaminos. El abate había, desvelado unas inscripciones que podían haber encerrado el gran secreto.
El gran secreto, para estos investigadores, no podía ser otro que el del hijo de Jesucristo. Según leyendas del siglo IV, María Magdalena escapó a Francia, donde se instaló en una comunidad judía. Los descendientes de este supuesto hijo del Mesías entroncaron con la dinastía merovingia, y la línea de descendencia se prosguió hasta nuestros días, a pesar del asesinato del rey Dagobert II, en el siglo VII.
Uno de sus supuestos descendientes, Godfroi de Bouillon, conquistó Jerusalén en 1099, a la cabeza de la primera cruzada, y su hermano Balduino fue uno de los ejes de la formación de los templarios, con los que acabó en 1307 Felipe IV de Francia.
Aquí se alojaba el Prieuré de Sion, según los autores, una sociedad secreta tras de la cual se escondía la organización de los templarios. Para los autores, el Prieuré, que ha estado filtrando pistas con cuentagotas, quiere últimamente restaurar a los merovingios al trono francés y tiene las pruebas de la supuesta existencia de un hijo de Jesucristo.
El polémico libro ha sido criticado por varios expertos, por sus errores de interpretación del los textos bíblicos. Pero los autores no se desaniman. Para ellos, en la Biblia no se afirma que Jesucristo no se hubiera casado, y el propio Mesías nunca predicó el celibato. Por otra parte, rechazan la idea de que María Magdalena hubiera sido una prostituta. «Se nos acusa de sensacionalismo», señaló Henry Lincoln; «pero qué es más verosímil: ¿que un hombre se haya casado y tenido hijos o que haya nacido de una virgen, andado sobre el agua y resucitado?».
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