Pesimismo en la reanudación de las conversaciones de Ginebra
Siempre rodeadas de un total hermetismo, que obedece a un acuerdo previo de ambas delegaciones, se reanudaron ayer las negociaciones norteamericano-sovieticas sobre los euromisiles, que presiden Paul Nitze y, Yuri Kvitsinsky, respectivamente. La sesión fue la séptima desde que se. iniciaron las conversaciones entre las dos potencias el 30 de noviembre último, y la primera del año 1982. La agencia Tass criticaba ayer a Estados Unidos y sugena que su presencia en Ginebra se produce de mala fe y sólo por la considerable presión de sus aliados europeos.Las únicas palabras pronunciadas por el jefe de la delegación norteamericana al término de la reunión fueron para decir qué "volveremos a reunirnos el 15 de enero en la misión de la Unión Soviética". Efectivamente, hasta ahora se ha respetado escrupulosamente la alternancia en cuanto a las sedes de las reuniones, informa Alejandro Fusch.
Las negociaciones sobre reducción de armas nucleares "no avanzarán mucho más allá de la importancia que se pueda atribuir al hecho mismo de la reunión", según los medios diplomáticos ginebrinos, que consideran los sucesos de Polonia como una verdadera muralla para cualquier signo de flexibilidad por parte de la.Casa Blanca.
Dudas soviéticas Washington ha hecho que se ponga en duda la "sinceridad de sus declaraciones" respecto a los "deseos de Estados, Unidos de obtener resultados concretos" en las negociaciones sobre armas euroestratégicas, según la agencia oficial soviética Tass. Tass sugiere que EE UU sólo trata de cubrir el expediente y no actúa de buena fe, según informa Félix Bayón desde Moscú.
Tass citaba las declaraciónes de altos funcionarios de Washin gton a favor de la suspensión de estas conversaciones y afirmaba que si éstas sehan reanudado ha sido gracias a "las exigencias de los europeos occidentales". "La opinión pública de Europa occidental", añadía la agencia soviética, "se muestra inquieta: prevalece la impresión de que Estados Unidos utiliza las conversaciones de Ginebra como medio para camuflar su principal objetivo, que consiste en desplegar,, a cualquier precio, sus nuevos misiles".
En este sentido, la URSS analiza también que las posiciones duras adoptadas por Washington contra el mantenimiento del estado de emergencia en Polonia obedecen a la misma estrategia. "Se tiene toda la razón al pensar", agregaba Tass, "que Washington, atizando artificialmente la histeria en torno a los acontecimientos polacos, prepara el terreno para torpedear las negoc iaciones soviético-norteamericanas sobre armamentos nucleares en Europa".
Dada la tensión internacional -y lo que el Kremlin llama tono belicista empleado por Washingaton-, la URSS no deja traslucir grandes esperanza por los resultados de las conversaciones. Fuentes oficiales muestran no sólo su incredulidad sobre la posible obtención de resultados concretos, sino también su temor de que, en el caso de que se llegase a un acuerdo éste no fuera respetado por EEUU.
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