La cultura está abandonada por los poderes públicos, según el director general de Música y Teatro
García Barquero considera que debe denunciar la situación como "funcionario y español"
El director general de Música y Teatro, Juan Antonio García Barquero, afirmó ayer que «todos los temas de la música y de la cultura en este país están abandonados por los poderes públicos, y yo tengo que denunciar esto como funcionario y como ciudadano español». El director general manifestó a este periódico que sus declaraciones, concedidas a Efe, no están relacionadas con un próximo abandono de su cargo, sino en su deseo de insistir, con mayor precisión y claridad, sobre extremos ya expuestos en anteriores escritos y entrevistas.
«La atención que se presta a la música y al teatro por parte del Gobierno y el Parlamento es nula; la ayuda, pequeñísima, a través de presupuestos realmente ridículos al lado de los europeos», señala García Barquero. «De un presupuesto estatal para 1982 de tres billones y medio de pesetas se han destinado a la cultura y los deportes 30.000 millones, de los cuales corresponden a música sólo ochocientos. Con este presupuesto no se puede hacer absolutamente nada. Pensemos que sólo la Opera de Berlín está subvencionada con 3.000 millones de pesetas anuales».«Las comunidades autónomas están recibiendo la parte de miseria que les corresponde, como Cataluña, con la cantidad irrisoria de 73 millones», añade el director general de Música y Teatro. «Muchas veces se nos dice que la economía está en crisis, que hay un paro importante, y yo siempre contesto que también hay paro en el mundo musical. Si los políticos no ven claramente que la cultura forma parte de la vida económica y cotidiana de un país, estamos perdidos».
«He oído decir a un relevante cargo público que cuando hay una situación de paro, no se puede hablar de cultura y esto es erróneo. El disfrute de la cultura no supone la obtención previa de unos bienes materiales. Una persona puede estar en paro, tener una vida económica precaria y, sin embargo, necesitar el consumo de bienes culturales. Si hacemos una dicotomía entre lo material y lo espiritual, estamos fraccionando al hombre, y ése no es el humanismo en que tenemos que vivir».
"La vida musical, pobre en medios"
«Parece mentira», se lamenta García Barquero, «que en un país con tanta tradición cultural, la vida musical sea actualmente tan pobre en medios, en voluntades y en afición. Y es que la música no se cultiva desde la infancia. En EGB, BUP y en la Universidad, los jóveries no tienen posibilidad de frecuentar la música sistemáticamente. como es normal en cualquier país europeo».Después de comentar la distribución de los ochocientos millones de presupuesto musical (seiscientos al ballet, Orquesta Nacional y zarzuela, por partes iguales, y doscientos para todo tipo de subvenciones), Garcia Barquero resume: «Si no elevamos el nivel cultural en un plazo de diez o quince años, España no será nunca Europa, se quedará en un voluntarismo de pertenecer, con momentos importantes en el pasado, que no han sido sino flashes en un mundo negro, lleno de nubarronesy de etapas alicaidas».
Las autonomías complican la acción musical
«El Estado de las autonomías está complicando la acción musical en el campo pedagógico y en el de la difusión. Nadie sabe qué competencias va a tener la Administración del Estado y, si va a poder o no fomentar la música».«Habría que trazar un esquema mínimo de lo que un ciudadano debe encontrar en la localidad de residencia habitual: orquestas, teatros, coros, festivales, etcétera, todo ello sistematizado en colaboración con las comunidades autónomas, las diputaciones y los ayuntamientos». «A pesar de todo», dice el director general, «soy optimista. Si creo que no ha de decidirse en un despacho de Madrid lo que haya que hacer musicalmente en Segovia, por ejemplo, es evidente que sería prematuro prescindir de una coordinación de actividades, ya que no estamos en la República Federal de Alemania».
«Llevo ocho años en el Ministerio», dice Juan Antonio García Barquero, «he visto pasar diez ministros y, desgraciadamente, sigue haciendo falta un planteamiento al más alto nivel en el que los poderes públicos, por encima de ideologías partidistas, lleguen a un acuerdo nacional para el fomento de la cultura, creando así una infraestructura física y de servicios que hoy no existe».
Insistió García Barquero en la posibilidad de contar con un nuevo auditorio, para devolver al Real sus funciones específicas de teatro de ópera, en 1985. Comentó las próximas celebraciones centenarias de Joaquín Turina y los encargos efectuados a una veintena de compositores.
Falta un teatro nacional de ópera
El director general de Música recuerda que nuestros mejores cantantes de ópera actúan, principalmente, en países extranjeros, «porque ni siquiera tenemos un teatro nacional de la ópera». Por otra parte, piensa que el Ballet Nacional progresa poco a poco y va consiguiendo notables éxitos, y muestra su esperanza de una mayor potenciación de la Orquesta Nacional, «que necesita al director López Cobos, actualmente al frente de la Opera de Berlín, como lo necesita la patria».
Babelia
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