Productos en mal estado

El pasado día 9, tres miembros de mi familia cenamos un determinado producto ultracongelado que a los quince.minutos de haberlo ingerido nos causó un fuerte dolor de cabeza y vómitos continuos.Al día siguiente, con una muestra del alimento, me dirigí a la rimbombante Delegación de Sanidad y Asistencia Social, perteneciente al Ayuntamiento de Madrid, calle de Bailén, 41. Aquí un conserje me envía a una gran sala donde en una de las mesas se puede leer "Análisis de Alimentos" y en la que se encuentran cinco funcionarios conversando entre sí, a los que les importa un bledo que haya detrás de un mostrador tres pacientes consumidores esperando. Por fin uno de ellos se decide a atenderme, aunque de muy mala gana, y, tras ponerme toda una serie de impedimentos, como, por ejemplo, que el producto lo habría yo descongelado mal o que estaba cocinado (él pretendía que lo hubiésemos comido crudo), conseguí que se quedara con el alimento para analizarlo. Pero cuál no sería mi sorpresa cuando me dice que llame por teléfono pasados diez o quince días para ver sí ya tienen el resultado, ¿Cuántas personas pueden comer un producto en malas condiciones durante quince días? Es de esperar que no tendrá mayores consecuencias, pero, profesor Tierno, ¿no sería posible que sus servicios de protección al ciudadano funcionasen, al menos, equiparablemente a los servicios de la grúa, a los de recaudación de impuestos o a los de la ORA?./