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Centenario de Juan Ramón Jiménez

La pasión por el oficio de poeta

Juan Ramón Jiménez nació en Moguer (Huelva), el 23 de diciembre de 1881, y cursó estudios de bachillerato en El Puerto de Santa María, y Derecho, en Sevilla. Sin embargo, desde muy joven se manifestó su afición por la poesía, tarea a la que habría de dedicar toda su vida. Empezó a publicar muy pronto, cuando aún no contaba veinte años, y en 1901 hizo su primer viaje a Madrid, donde conoció a Rubén Darío; sus preferencias iban entonces por el Romancero, Góngora, Bécquer y los románticos franceses y alemanes. En los años siguientes, en sus viajes por el sur de Francia, lee a los simbolistas, a Amiel y a D'Annunzio.Tras un breve contacto con la Institución Libre de Enseñanza, donde aprende inglés y alemán y contacta con los filósofos, se retira a la soledad y el silencio de Moguer desde 1905 y 1912; pasa después algunos años en la Residencia de Estudiantes de Madrid y en 1916 viaja a América del Norte, donde conoce y contrae matrimonio con Zenobia Camprubí, que habría de ser su gran colaboradora y con cuya ayuda traduciría a Rabindranah Tagore.

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Naturaleza, amor y libro

De nuevo en España, tierra por la que siente una gran nostalgia, intenta en vano la creación de una revista sin firmas; pero la situación desorientada de la juventud le produce hastío y cansancio. Tampoco sale adelante su proyecto de una universidad sevillana de estudios hispanoarábigos.

Así las cosas se produce la guerra civil y el poeta y su esposa parten para Puerto Rico. En 1948 fija su residencia en Washington, después de haber recorrido Cuba, Miami y, sobre todo, Puerto Rico, adonde acabaría volviendo los últimos años antes de su muerte.

En 1956, Juan Ramón Jiménez recibe el Premio Nobel de Literatura y muere Zenobia. Dos años después muere Juan Ramón, en Puerto Rico, y sus restos y los de Zenobia son trasladados a Moguer unos años después.

La obra lírica de Juan Ramón se inicia en el seno de la generación del 98 y del modernismo, pero se asoma con interés a todas las vanguadias. Su pasión por la poesía y por el oficio de poeta le absorbieron totalmente: en medio siglo escribió más de cuarenta volúmenes de poesía y prosa.

A partir de las resonancias rubendarianas de Almas de violeta (Madrid, 1916), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904) va evolucionando, sobre todo a partir de 1916, hacia la poesía pura, desnuda de forma y depurada extraordinariamente, que fue su máxima aspiración: «Oh pasión de la vida, / poesía desnuda, / mía para siempre».

En 1918 sale su Segunda antología poética, donde se muestra un poeta ya en plena perfección, que no hace sino decantarse en los Sonetos espirituales (1917), donde el soneto alcanza su más perfecta estilización. Seguirían La estación total con las canciones de la nueva luz (1923-1936), con la idea de eternidad y de absoluta primavera como motivos constantes, los Romances de Coral Gables (1939-1942), girando alrededor del mar y de la noche.

Animal de fondo (1949), su último libro publicado, y que con el título de Dios deseado y deseante se incluye en la Tercera antología poética, representa la culminación de un proceso de búsqueda de lo religioso, que, según él mismo, aparece en su obra desde el comienzo primero a nivel sensitivo, después a nivel intelectual y finalmente como realidad.

Ironía y ternura

Juan Ramón Jiménez sintió gran predilección por la poesía infantil, buena muestra de lo cual son Historias para niños sin corazón (1909), con poemas llenos de ironía y ternura; Verso y prosa para los niños (1936) y, sobre todo, Platero y yo (1914), considerada la prosa poética más bella de nuestro siglo; también cultivó el ensayo y la crítica en libros como Españoles de tres mundos (1942).La obra literaria juanramoniana ha sido objeto en los últimos meses de estudios concretos en los numerosos actos programados con motivo del centenario, así como números especiales en revistas como Camp de l'Arp, La Pluma, Insula y Cuadernos Hispanoamericanos.

Entre los actos celebrados figuran el congreso de La Rábida, organizado por la Universidad de Sevilla, la Diputación de Huelva y la casa-museo de Juan Ramón en Moguer; los cursos universitarios en San Roque (Cádiz) y Santander, y un congreso internacional en Puerto Rico y en la Universidad de Maryland (Estados Unidos), donde fue profesor.

También se han celebrado seminarios sobre su figura y nuevas ediciones de sus obras por parte de estudiosos, y reediciones del Ministerio de Cultura. El pasado mes de octubre, cien poetas participaron en una peregrinación por los lugares juanramonianos, organizada por el Taller Prometeo de Poesía Nueva.

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