La joven pintura figurativa, en una exposición colectiva de la "Caixa" en Madrid

La Caja de Pensiones para la Vejez, la Caixa, inauguró el pasado miércoles, en su galería de Madrid, una exposición colectiva titulada Otras figuraciones, para la que María Corral, encargada de las actividades artísticas de la entidad, ha seleccionado doce pintores contemporáneos españoles que tienen en común, precisamente, su carácter de figurativos.En la exposición, montada en un espacio nuevo, figuran Luis Gordillo, como cabeza de una de las tendencias más representadas, Juan Antonio Aguirre, Guillermo Pérez Villalta, Chema Cobo, Carlos Alcolea, Manolo Quejido, Miguel Barceló, Carlos Franco, Alfonso Galván, García Sevilla, Pérez Juana y Soto Mesa. María Corral, conocida por su trabajo como directora de la galería y el taller del prestigioso Grupo 15, dijo en la presentación de la exposición que todos ellos «han estado pintando a lo largo de los diez últimos años en el campo de la figuración. Y eso que ahora parece normal, cuando ellos empezaron era bastante difícil de aceptar en el mundo del arte».

Se refirió también María Corral a la reivindicación del color que había hecho la mayoría de los pintores expuestos, y justificó su presencia, por parte de la Caixa, como cumpliendo uno de los propósitos de su departamento: mostrar juntos unos pintores ya prestigiosos, pero no suficientemente conocidos.

Diversas tendencias y propósitos

El programa de actividades del año, que leyó a continuación, iría cumpliendo otros propósitos: una exposición de Jannis Kounnellis sería la primera muestra de un pintor europeo fundamental para las artes plásticas posteriores a 1968 y para la reacción europeísta frente a la influencia norteamericana; una muestra de Anglada Camarasa cumpliría el propósito que se ha marcado la Caixa de exponer arte catalán, insuficientemente conocido en Madrid, y, por último, una exposición de tema infantil, en colaboración con el Centro Pompidou, de París, cumplirla la preocupación que por el mundo de los niños tiene la obra social de la Caja de Pensiones.Luis Gordillo, que actualmente mantiene tres exposiciones simultáneas en Madrid, confesó a EL PAIS su «perplejidad»: «Ahora», dijo, «somos el gusto. No, no sé si alegrarme. Uno puede sentarse en su butaca, seguir pintando lo mismo, esperar y contentarse con el dinerito, que es una tentación». «A veces me pregunto qué ha sido esto, por qué no molestará ya mi pintura, si será que lo estoy haciendo mal... La respuesta es un poco inquietante. La respuesta es que nos hemos impuesto como gusto, y eso a mí me sigue pareciendo muy raro».

Por su parte, Alfonso Galván, el pintor más atípico de la exposición -grandes cuadros, muy literarios, donde las referencias son absolutamente oblicuas-, dijo sentirse «un poco extraño en este contexto, como me siento extraño en la exposición del realismo». «Mis referencias», dijo, «están en el Museo del Prado, y todo esto no me lo acabo de creer: yo vivo muy retirado, en un pueblo, y pinto esto no sé bien por qué, con la conciencia de que mi pintura no se puede colgar más que en museos».