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Sorpresa entre los organizadores de la manifestación por el contenido de la nota

Los organizadores de la manifestación contra el ingreso de España en la OTAN, que finalizó el pasado domingo en La Coruña con la intervención de la Policía Militar, expresaron ayer su estupor ante la información interna de la División de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, en la que se califica de «individuos destacados y conocidos por sus actividades antimilitaristas» a los siete detenidos en el curso de los incidentes. Dos de estos últimos aseguraron que ni siquiera formaban parte de la manifestación, y un tercero coincide con ellos en afirmar que fueron dos las personas vestidas de paisano que dirigieron la acción de la Policía Militar.José Ramón García, de veintitrés años; Juan Manuel Serantes, de treinta, y Guillermo Martínez Guardado, de dieciséis, los tres detenidos que participaron en una conferencia de Prensa ofrecida por los organizadores de la manifestación, describen como «un joven de veinticinco años de edad, de, estatura media y pelo corto peinado hacia atrás», a una segunda persona vestida de paisano que comandó, junto al hombre de gabardina y gafas negras, posteriormente identificado como el capitán de la unidad, las dos secciones de la Policía Militar que intervinieron en los incidentes. Este segundo civil, cuya identidad se desconoce aún, recibió tratamiento de usted por parte de los policías militares, según el testimonio de tres detenidos.

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Guillermo Martínez y Juan Manuel Serantes -que anunciaron, al igual que José Ramón García, la interposición de querellas por malos tratos contra los responsables de su detención- insistieron en afirmar que no formaban parte de la manifestación cuando se produjeron los hechos. Martínez, acompañado por su padres en la reunión con los informadores, aseguró que se encontraba atendiendo el puesto de venta de tebeos usados que habitualmente instala los domingos en el mercado de ocasión en la plaza de María Pita. «Recogí el puesto al llegar el grueso de la manifestación a la plaza y me situé detrás de la tribuna de oradores. Poco después, un policía militar me pegó un porrazo y entre varios me metieron en un furgón».

Juan Manuel Serantes ratificó, a su vez, las declaraciones que hiciera a EL PAIS desde el centro hospitalario donde permaneció varios días para ser atendido de las lesiones que sufrió en el curso de su detención. Serantes, afiliado a la Unión General de Trabajadores (UGT), asegura que se había citado con su esposa donde concluyó la manifestación, y que seguía los discursos finales únicamente para entretener la espera.

Un representante de los organizadores, el dirigente de Unión del Pueblo Gallego Miguel Campuzano, se mostró también en desacuerdo con la versión del Estado Mayor, según la cual la Policía Militar habría cargado únicamente contra un grupo de ácratas y no contra el núcleo de la manifestación. «La prueba de que las cosas no sucedieron así», dijo, «es que entre los detenidos figuran simpatizantes del Bloque Nacional Popular Gallego, Liga Comunista y Movimiento Comunista, partidos que convocaban la manifestación, además de personas que no tenían nada que ver con ella».

Campuzano niega que se pronunciasen insultos al Ejército, aun reconociendo que la frase Al bote, al bote, militar el que no bote podría haber sido coreada por aigún grupo, tal y como aseguraron testigos presenciales a EL PAIS. «En la manífestación», explicó el dirigente nacionalista, «figuraban grupos ácratas, que mantienen, como es sabido, posturas antimilitaristas desde siempre, pero yo puedo asegurar que no oí ninguna de las frases que se les atribuyen».

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