Girls School, chicas fuertes
Era algo un poco inquietante. Quiero decir, ver a cuatro chicas subidas sobre un escenario, lanzando toneladas de sonido y adoptando todas las poses típicas del más machista de los géneros del rock. Y aún desasosegaba más cuando las guitarras se convertían en penes antinaturales que otras veces (en manos de hombres) resultan bastos y aquí imposibles, surrealistas. Eran Girls School, grupo inglés de rock duro que el pasado miércoles llenó, aunque no totalmente, el pabellón del Real Madrid.Había una cierta curiosidad morbosa por comprobar si esta gente conseguía no resultar una parodia de lo que muchos salvajes del rock identifican con el rock mismo: Led Zep, AC/DC, Iron Maiden, Saxon y tantos otros. El macho-rock, para entendernos. Claro, el morbo aumentaba un poco cuando la guitarra solista, una rubia altísima y en apariencia guapa, se doblaba sobre el instrumento en éxtasis de sonido, esa sensación de potencia que todos los héroes de la guitarra hacen rondar por los límites del orgasmo. Pero finalmente, y tras la sorpresa inicial, todo quedaba en sus justos términos: una banda de primera B capaz de organizar parecido ruido al de sus colegas masculinos y que sustituye algo de la agresividad de éstos por una serie de canciones bastante decentes.
Lo más notable debieran haber sido las voces, pero desde el momento en que muchos de los cantantes de rock duro utilizan una especie de falsete histérico, ni siquiera esto ayudaba a distinguirlas demasiado. Con todo, la gente se lo pasó bien, a juzgar, sobre todo, por unas peticiones de bis que parecían más sinceras que formularias, y a las cuales Girls School respondieron con gusto para que todos quedáramos tan felices. Dentro de poco caerá por Madrid lo más bestia que hay en el rock duro actual: Motorhead. Esta es una avalancha que no se para y que dice utilizar la violencia contra la violencia. O sea, un sustitutivo alienante y mastodóntico para una vida poco agradable.
Babelia
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