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Pensionista muerto en el atraco a una sucursal del Banco de Valencia

Un pensionista de 59 años de edad, Juan Matéu Pardell, resultó muerto ayer en Valencia durante un atraco perpetrado sobre las diez de la mañana en la agencia urbana número 11 del Banco de Valencia, en la calle de Lorca, número 1, de la capital. Los atracadores consiguieron huir con un botín de unas 80.000 pesetas.

La víctima recibió tres disparos con una escopeta de cañones recortados. Cuando llegó la policía, avisada por los empleados del banco, recogió al herido y lo trasladó al Hospital General de Valencia, donde ingresó cadáver. Juan Matéu había intentado, junto con otros clientes del banco, reducir a uno de los atracadores, que hizo fuego contra él.Las versiones recogidas por EL PAIS entre los empleados del banco, algunos vecinos y transeúntes que presenciaron los hechos difieren en algunos detalles. No obstante, parece seguro, y así lo ratificaron fuentes policiales, que los autores del atraco fueron sólo dos. Llegaron sobre las diez de la mañana a la puerta de la entidad bancaria en un coche, que dejaron aparcado con el motor en marcha junto a la acera. El vehículo, un Seat 124, de color beis, era, al parecer, robado y llevaba placas de matrícula de Valencia falsas. Según varios testigos, los atracadores se marcharon en el coche a gran velocidad en dirección al centro de la ciudad.

La agencia del Banco de Valencia estaba repleta de clientes, en su mayor parte pensionistas que acudían a cobrar, cuando se produjeron los hechos. Los atracadores entraron empuñando sus armas; uno de ellos, una pistola -del calibre nueve milímetros corto, según la policía-, y el otro, una escopeta de cañones recortados. El primero vestía un traje gris y zapatillas, de acuerdo con la descripción de los empleados, y cubría su rostro con una revista. El otro llevaba un jersei de cuello cisne, subido casi hasta los ojos.

El primero tendría entre veinticinco y treinta años, medía 1,70 metros aproximadamente, era moreno y llevaba el pelo no muy largo. Todos los empleados coincidían en describirle como muy delgado. En cuanto al segundo, algunas versiones indican que tenía el pelo canoso.

El que empuñaba la pistola se acercó a la ventanilla de caja y advirtió a los empleados que no hiciesen sonar la alarma. Al parecer, en ese momento se produjo el intento de reducir al otro atracador. Este disparó y cayó al suelo herido Juan Matéu, mientras que el otro asaltante decía: «Tírales y mátalos».

El que estaba junto a la caja atravesó el mostrador y se apoderó de varios sobres que estaban dispuestos tras la ventanilla para efectuar pagos. Ambos salieron entonces corriendo en dirección al coche y se marcharon.

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Varios empleados del banco aseguraron que los asaltantes presentaban gran parecido fisico con los que atracaron la misma agencia el 30 de mayo del pasado año, por lo que podrían ser las mismas personas. En aquella ocasión sonó la alarma, huyeron sin llevarse botín y fueron detenidos poco después.

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