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La crisis económica dificulta la publicación de obras de escritores jóvenes

Alfaguara presenta cuatro libros de "autores no consagrados"

La libertad de expresión que ha seguido a la muerte de Franco se ha visto contrarrestada por una agudización de la crisis económica que hace más difícil que antes la publicación. Esta es una de las conclusiones del coloquio entre novelistas y críticos, organizado en Oviedo por la revista Cuadernos del Norte para presentar la colección Nueva Ficción, de Alfaguara.

La nueva colección publicará «novelas de autores con talento» que constituyan una promesa; algunos son noveles, la mayoría publicó en editoriales marginales y otros ponen al día proyectos inacabados.En el salón Covadonga, del hotel de la Reconquista, en Oviedo se sentaron frente a frente los autores de las primeras novelas de la colección y los críticos de varios periódicos nacionales, separado por Juan Cueto, director de Cuadernos del Norte, que hizo el papel de moderador. Los responsables de Alfaguara justificaron la elección de Oviedo para presentar la colección en su intención de huir del centralismo cultural y por la tradición novelística de la capital del Principado de Asturias. La incidencia de la muerte de Franco en la narrativa española fue uno de los temas abordados en Oviedo. Ramón Gimeno, autor de El chozo del obispo, subrayó el vacío cultural existente en este país antes y ahora.

José María Merino, autor de El caldero de oro, dijo que como en el franquismo «no pasaba nada», tampoco «pasaba» en la literatura, llegándose en aquella época a la destrucción del lenguaje. Por su parte, Rafael Conte, redactor jefe de cultura de EL PAIS, señaló que la libertad para escribir y crear que siguió a la censura ha venido acompañada de una crisis económica que hace más difícil la publicación. A la muerte de Franco, comentó, no surgió nada, porque no había nada. Lo bueno se había publicado con censura o sin ella. A partir de ella se constata la preeminencia de lo político, y esa batalla ha sido ganada por Vizcaíno Casas.

Ignacio Gómez de Liaño desmintió haber tratado de ser original con su Arcadia, novela concebida a la manera del libro clásico de viajes, que gira en torno a la personalidad de un joven culto que hace un viaje a Grecia. Juan Pedro Aparicio se refirió a su obra Lo que es del César como una reflexión sobre el poder, nada valleinclanesca, que no ha necesitado seguir a Valle «porque lo que le ha seguido le ha superado en la realidad; yo me he limitado a recoger esa realidad». José María Merino contó la leyenda de un abuelo y dos nietos en la ribera de un río leonés.

Ramón Ginero, por último, consideró innecesario definirse sobre su novela El chozo del obispo, considerada como híbrido.

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