Joaquín Rodrigo y Andrés Segovia recuerdan al maestro
La muerte de Regino Sainz de la Maza ha causado hondo pesar en todos los ambientes culturales españoles. En el campo específico de su quehacer, la reacción ante la noticia del fallecimiento puede quedar resumida por estas declaraciones de Joaquín Rodrigo.
«Acabo de recibir la desgraciada noticia de la desaparición de un fraternal amigo, Regino Sainz de la Maza, ese gran artista que perdemos para siempre. Regino fue un músico muy fino; fue también crítico, a la vez benévolo y de gran agudeza; fue un gran profesor de guitarra y un compositor inspirado que dio excelentes páginas de carácter muy español. Esto ha sido una enorme pérdida. Llevaba tiempo delicado: últimamente nos habíamos encontrado en la Academia y le acompañábamos en el coche a casa, porque tanto mi mujer como yo le queríamos entrañablemente, como a un hermano. Ha muerto un gran artista y lo doloroso es tenerlo que decir en estas circunstancias. Dediqué a Regino mi «concierto de Aranjuez», que lo estrenó en Barcelona el año 1940, con ese su maravilloso quehacer».Andrés Segovia, otro gran guitarrista español, señaló en sus declaraciones: «La desaparición de Regino es la desaparición de una parte de mi vida. Nos conocíamos desde 1916 y nos hemos tratado mucho, aunque no tanto como yo hubiera querido, porque mi «arte militante» me obligaba a viajar continuamente. Pero incluso lejos de España nos hemos encontrado: recuerdo una vez en Nueva York, y en otros puntos donde él ha dejado muestras de su talento. He sentido muchísimo su desaparición, pero su talento y su simpatía no desaparecerán del recuerdo de quienes lo hemos conocido, oído y tratado. No sé qué más podría decirles; en este momento me resulta muy difícil organizar en la mente las cosas que quisiera decir en su honor. Las características más sobresalientes de Regino eran su buen gusto, su dedicación continua, su talento y su gran personalidad».
Cristóbal Halffter, director y compositor, habló para EL PAIS, desde Friburgo, donde estos días trabaja, sobre «la extraordinaria suerte que tuve al ser yo, a mediados de los años sesenta, el director del único Concierto de Aranjuez interpretado a la guitarra por Regino Sainz de la Maza y grabado en disco. Yo dirigía en esa ocasión la orquesta Manuel de Falla. Era un hombre de gran categoría y un eminente músico. La calidad de músico de Regino estaba impregnada de su propia calidad humana. Era un intelectual que le dio a la guitarra un gran carácter. Lo que Segovia abrió de una manera natural e intuitiva, Regino lo llevó intelectualmente al mundo de la expresión guitarrística».
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