Castro envió al presidente mexicano un mensaje pidiéndole que sea portavoz del Tercer Mundo

El presidente norteamericano, Ronald Reagan ha logrado que su presencia en Cancún, considerada de antemano como conflictiva, sea saludada con gran efusión por su teórico principal enemigo en esta cumbre, México. El presidente mexicano ha recibido un mensaje del líder cubano, Fidel Castro, excluido de esta reunión por las presiones de Washington, en el que pide que se haga portavoz en Cancún de los intereses del Tercer Mundo. Sin embargo, tras aterrizar el miércoles, se produjo el milagro, y López Portillo y Reagan se fundieron en un abrazo al compás de Cielito lindo.

"No me hago ilusiones. El camino de la prosperidad pasa por la libertad económica y no por la ayuda internacional masiva", reitera Reagan, para explicar a sus colegas, sentados alrededor de la mesa redonda del hotel Sheraton, que miren el mundo y verán cómo las naciones que basan su estrategia en el desarrollo del sector privado se desarrollan más que otras.

Fuentes bien informadas aseguran que algunos asesores del presidente norteamericano presentes en Cancún han elaborado una estrategia que defiende la necesidad de recortar la ayuda de EE UU a los organismos de la ONU que funcionan por el sistema de un hombre, un voto. Se trataría así de establecer un sistema para favorecer a otras instancias donde, por un sistema de club restringido o voto de calidad, Washington pudiera ejercer mejor su influencia. Al mismo tiempo, Haig sigue defendiendo la idea.

Se trata, en definitiva, de subordinar el diálogo Norte-Sur a la tensión Este-Oeste. También con este objetivo, la Casa Blanca se ha trasladado a Cancún con la protección de doce marines que vigilan el centro de comunicaciones y de detección de electrónica del presidente.