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El largo camino del productor al consumidor

Los comerciantes de frutas pretenden la liberalización de los márgenes comerciales

Los minoristas de frutas y verduras quieren que termine el control que realiza la Administración sobre los márgenes comerciales que cobran. Un control que a pesar de ser considerado tolerante supone, según ellos, una limitación de la libertad de mercado, por lo que están estudiando la realización, para mediados del próximo mes de noviembre, de varias acciones entre las que se contemplan boicoteos a determinados productos.En 1967 la Administración, a través de la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT), dictó unas disposiciones que regulaban los márgenes comerciales que podrían cobrar los detallistas de frutas y pescados. Posteriormente, las limitaciones impuestas a los minoristas de pescados quedaron olvidadas ante el mal estado del sector de pesca, en tanto se mantenían las de frutas.

Según estas regulaciones, el frutero puede cobrar unas cantidades que van desde las dos a las siete pesetas, según el precio de coste esté comprendido entre las seis y las cuarenta pesetas. A partir de esta cantidad se aplica un 20% sobre el exceso de coste.

Sin embargo, una cosa es la teoría y otra la práctica. En la memoría de la Delegación de Abastos y Mercados del Ayuntamiento correspondiente al pasado año se hace un estudio comparativo de los precios,máximos alcanzados por los productos más consumidos tanto en los mercados centrales como en los mercados municipales tales como los de Torrijos, Ballesta, Barceló, Vallehermoso, Tirso de Molina, Canillas y General Mola.

De la comparación de estos datos se desprende que, por ejemplo, las manzanas se vendieron en 1966 a un precio máximo de 45 pesetas en el mercado de Legazpi, en tanto en los mercados municipales se alcanzaban las 74 pesteas, es decir, un 64% de aumento. La misma tónica se repitió en los años siguientes, al igual que ocurrió con los melones, las naranjas, peras, uvas, judías, lechugas, patatas, pimientos y tomates.

Los porcentajes de aumento oscilan entre el 0% y el 185% alcanzado la semana del 28 de septiembre al 3 de octubre último, cuando el kilo de pimientos costó 35 pesetas como máximo, mientras en los mercados municipales se llegó a comercializar a cien pesetas.

En algunas ocasiones, no obstante, el porcentaje ha sido inferior en los mercados municipales que en el mercado central, quizá a causa de que el producto fue comprado por detallistas no ubicados en estos mercados.

"Si trabajáramos con los márgenes de la CAT perderíamos dinero. Según un estudio hecho por la asociación, entre alquileres, tasas, arbitrios y costes de la Seguridad Social,se nos van siete pesetas por kilo. En un kilo de fruta que cueste cuarenta pesetas sacamos ocho, eso sin tener en cuenta que hay fruta que hay que tirar", manifestó Enrique Zaragoza, asesor de la Asociación de Minoristas.

En este sentido, los minoristas dicen que Madrid ya no recibe el mejor género de España ante la fuerte demanda existente. Esta opinión es compartida por los mayoristas de pescados, que manifiestan que los verdaderos ingresos de los remitentes de género están en los envíos a restaurantes, con los que se ha llegado a un acuerdo previo, o a pequeñas ciudades que antes no tenían ninguna importancia en el mercado del abastecimiento y ahora se han convertido en los puntos más interesantes para los exportadores.

"Las causas de este envío masivo son que en una caja comprada a un precio único se pueda encontrar fruta que se vende a un precio muy superior, otra que se despacha al mismo precio y un resto que hay que bajar de precio. Pero esto no lo comprenden los inspectores de Comercio, que sólo se fijan en si se cumplen unos márgenes establecidos hace doce años", informó Zaragoza.

Los minoristas de frutas hablan, sin embárgo, de tolerancia por parte de la Administración, aunque están en contra de esta permisividad. "No queremos que se nos permita, de una forma mas o menos velada, superar los márgenes establecidos, sino que haya libertad de mercado", dice el portavoz de la Asociación de Detallistas, que afirma que de esta forma bajarían los precios.

En este sentido, y como medidas de presión que han pensado realizar, quieren entrevistarse con el ministro de Comercio.

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