El estado del escritor gallego Rafael Dieste es desesperado
Ayer fue sometido a una larga intervención quirúrgica
Las posibilidades de recuperación de Rafael Dieste -«el más grande intelectual de que dispone hoy Galicia», según el presidente de la Real Academia gallega, Domingo García Sabell son prácticamente nulas tras el accidente que sufrió en la madrugada del martes al caer escaleras abajo en su casa de Rianxo (La Coruña).Los golpes recibidos en la caída, o tal vez una hemorragia cerebral inmediatamente anterior, hicieron entrar en estado de coma profundo al escritor que, pese a los 82 años, pudo soportar anteayer una larga intervención quirúrgica, dirigida a extraer los grandes coágulos de sangre que se habían formado alrededor de su cerebro. Los médicos -y entre ellos el propio doctor García Sabell, que asistió a la operación no concedían ayer casi ningún margen a la esperanza.
Ensayista, narrador, autor teatral y teorizador sobre estética, Rafael Diesté podría ejemplificar en su trayectoria vital la pasión del intelecto que a juicio de varios historiadores caracterizó a la generación de la República. «Ha sido siempre», dice su amigo Ramón Piñeiro, «un espíritu enormemente abierto, nunca dogmático; sensible, creativo. Trataba de armonizar y fundir la dimensión estética con el rigor conceptual: de enriquecer, por así decirlo, la sensibilidad con la reflexión».
Es justamente esta visión globalizadora -tan característica, por otra parte- que Dieste tiene del hecho literario y cultural lo que explica que pudiese repartir su atención entre cuestiones tan distintas. como la investigación matemática, la lógica del arte, la narración, el teatro o la voluntad de estilo en la expresión popular de los gallegos.
Dieste vivió en el exilio, después de haber trabajado activamente en el frente intelectual de la República. De regreso a Galicia, el mundo de la cultura de su tierra estimó su obra, le hizo académico de la Real Academia gallega y le ha tenido, como ha dicho García Sabell, por uno de los intelectuales más brillantes y profundos de su país.
Babelia
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