Jacqueline Picasso vendrá "de incógnito" a Madrid para ver el "Guernica" en el Casón del Buen Retiro

La última esposa del gran pintor español Pablo Ruiz Picasso, Jacqueline, declaró ayer a Efe que desea ir de incógnito a ver en Madrid el Guernica, en cuya devolución a España tuvo una actuación decisiva. La última vez que Jacqueline vio el Guernica fue el 18 de septiembre de 1980, en Nueva York.

«Lo iré a ver de manera anónima», anunció la viuda del genial artista, cuyo centenario se conmemora ahora, y dijo: «Para mí, lo importante es lo que yo hago, lo que yo hago sola».Para los actos del centenario, el 25 de octubre, y en particular para la inauguración de la exposición del Guernica en El Casón del Buen Retiro, de Madrid, el Gobierno español invitó a Jacqueline y también a los herederos del pintor, sus hijos Claudio, Paloma y Maya, y a sus nietos Bernard y Marina.

Por razones de salud o de discreción, Jacqueline declinó ir, pero se desplazará más adelante a ver la obra instalada «en fecha que no deseo hacer pública», manifestó.

Mostró satisfacción por el hecho de que el gran cuadro antibelicista y los bocetos y dibujos que le acompañan se hallen en España, y no ocultó su protagonismo en este logro.

En su corta declaración. no expresó interés por lo que decidan los herederos de Picasso en cuanto a la asistencia en Madrid a los actos del centenario del nacimiento de Picasso, en Málaga, el 25 de octubre de 1881.

Jacqueline, la última mujer en la vida de Picasso, tuvo una importancia capital en el retorno del Guernica a España, y de los bocetos que le enriquecen, según ha confirmado a Efe el embajador encargado de tal recuperación, Rafael F. Quintanilla.

Colaboró estrechamente desde 1978 en la tarea complicada y difícil llevada a cabo para recobrar este alegato pacifista que denunció el bombardeo de la ciudad vasca de Guernica por la aviación alemana en apoyo a los nacionales de la guerra civil española.

La tela de lino de ocho por tres metros y medio estaba retenida por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, que alegaba para no devolverla los «derechos morales» interpuestos por los herederos de Picasso, dirigidos por Claudio, su hijo mayor.

Apareció el documento que acreditaba el pago del cuadro a Picasso por el Estado español y España Io presentó al citado museo, junto con otro de expresión de la voluntad de Picasso de devolución a España de todos los ensayos y estudios pictóricos del mural.

El abogado de Picasso,Roland Dumas, y Jacqueline atestiguaron la existencia de este segundo documento.