Rabat denuncia el derribo de dos aviones en el Sahara
Marruecos recupera su «total libertad de acción ante este ataque grave que compromete seriamente los esfuerzos de paz desplegados», declaró anoche el primer ministro marroquí, Maati Buabid, ante un Parlamento en pleno convocado en sesión de urgencia.Esta reacción marroquí es consecuencia del ataque que tiene lugar desde la mañana de ayer contra la guarnición de Guelta Zemmur, en el sureste de la antigua Sakiet Ekl Hamra, y vecina de la posición mauritana de Bir Mogrein, que, por todos los indicios, parece uno de los más importantes ocurridos en la ya larga historia del conflicto del Sahara.
El primer ministro dio lectura a los diputados del mensaje enviado por el rey Hassan II a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, al presidente de la OUA, a la Liga Arabe, a la Conferencia Islámica, al rey Jaled de Arabia Saudí y a los presidentes de Francia, François Mitterrand, y de Tunicia, Habib Burguiba.
Según el documento del monarca marroquí y las explicaciones dadas al Parlamento por el primer ministro, esta es la primera vez que el Polisario emplea más de una decena de blindados y un equipo altamente sofisticado. Dos aviones marroquíes fueron derribados. Uno de transporte, un C-130, cuando volaba a 18.000 pies de altura, y un Mirage F- 1, a una altura de 30.000 pies y una velocidad de mach 1.8.
Los expertos militares marroquíes consideran que los Sam utilizados son los más modernos, y que los pilotos de la fuerza aérea pudieron observar las numerosas rampas de lanzamiento utilizadas. Señalan igualmente que este equipo no estaba manejado por africanos, lo que parece sugerir una intervención directa cubana o germanooriental.
El Gobierno marroquí, dijo el primer ministro, no piensa permanecer inactivo, aunque apela al presidente de la OUA para que tome todas las decisiones que se imponen "para hacer respetar todas las resoluciones de la Organización".
Argelia y Mauritania parecen indirectamente acusadas cuando en el mensaje aludido y reiterado por el primer ministro se insiste en que "Mauritania se comprometió después de las reuniones de Nairobi a no permitir que su territorio fuera utilizado para agresiones contra Marruecos", y Hassan Il afirmó que así lo convino durante una reunión en Taef (Arabia Saudí) con el presidente mauritano.
En cuanto a Argelia, Hassan II afirmó que el presidente Chadli Benjedid había prometido solemnemente que "Argelia no haría nada que pudiese comprometer la paz".
A medianoche de ayer, y después de la intervención del primer ministro, solicitaron la palabra en el Parlamento los jefes de los diferentes grupos parlamentarios, que estigmatizaron el "carácter traidor" del ataque y expresaron su total respaldo a las medidas de réplica que pueda adoptar el Gobierno marroquí.
Aunque el mensaje del rey Hassan II puede interpretarse como que Marruecos se considera desligado de las resoluciones de Nairobi relativas a la paz y al referéndum en el Sahara, las alusiones en el texto "a que el presidente de la OUA tome las medidas oportunas para hacer respetar los acuerdos y resoluciones de Nairobi" parecen indicar que el monarca marroquí no está dispuesto a llegar hasta esos extremos.
Igualmente, anoche, durante su intervención ante el Parlamento, el primer ministro dijo que "el Gobierno ha solicitado al pueblo marroquí que se mantenga vigilante para deshacerlas maniobras enemigas y para que no se le escape la victoria en el próximo referéndum".
Una de las consecuencias más importantes para Marruecos, en lo que a lo interno se refiere, ha sido el regreso anoche al Parlamento de todos los diputados socialistas, que tan sólo dos días antes habían declarado que consideraban terminada su misión y habían boicoteado la inauguración el viernes pasado del nuevo período legislativo abierto por el rey Hassan II.
Los diputados socialistas, preguntados en los pasillos de la Cámara por EL PAIS si su presencia allí significaba que regresaban al Parlamento, señalaron que ellos estaban presentes porque siempre lo estaban cuando la nación está en peligro, pero que no tenían ninguna declaración más que hacer.
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