La LAU no va a ser una panacea para la universidad, según Cobo del Rosal

«La LAU no va a ser la panacea para todos los males universitarios», afirmó el profesor Cobo del Rosal, secretario de Estado para Universidades e Investigación, que ayer presidió la apertura del nuevo curso académico de la Universidad de Alicante, en un acto en el que le acompañaron, junto con el rector de esta universidad, los de la Complutense de Madrid y de las universidades de Valencia y de Murcia.

El rector de la Universidad de Alicante solicitó en su intervención que la LAU tuviera en cuenta las presiones económicas de la universidad. por considerarlo un aspecto trascendente para el normal desarrollo de la docencia y de la lnvestigación.Por su parte, el secretario de Estado, Cobo del Rosal, que anuncio que la próxima semana se reunirá la mesa de la Comisión de Educación del Congreso para fijar el calendario del debate de la ley de Autonomía Universitaria, insistió en la necesidad y urgencia de su aprobación, aunque también recalcó que. «el hecho de contar con un marco jurídico en fechas próximas no va a constituir un paraíso para las universidades ni será la panacea que resuelva los males universitarios. La universidad ha estado siempre peor que en estos últimos años. Padece una rémora secular, no sólo de presupuestos, sino de medios personales y de todo tipo. Las soluciones irán llegando poco a poco, porque lo que no se ha hecho un centenares de años no se puede solucionar de golpe con un solo Presupuesto General del Estado».

Insistiendo en planteamientos económicos, señaló que «el día que la LAU esté vigente, habrá que cambiar también en los universitarios su mentalidad económica y financiera. Hay que llegar a la absoluta independencia de los Presupuestos Generales del Estado. La autonomía universitaria debe ser una autonomía económica». Puso como ejemplo a las universidades anglosajonas. que «son autónomas porque no dependen más que en un porcentaje mínimo de los presupuestos del Gobierno inglés. El resto lo buscan ellos». Invitó a una actuación similar a la universidad española, con la extroversión de la universidad hacia la sociedad pudiendo concertar convenios, contratos, etcétera, «porque no se puede esperar que desde el Ministerio o desde las Cortes les den el presupuesto. El dinero se debe y se puede buscar. De esta forma, al volcarse hacia la sociedad, no habrá divorcio universidad-sociedad, y tampoco podrá decirse que la universidad vive en su torre de marfil».