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REARME NORTEAMERICANO

Moscú acusa a Washington de buscar una hegemonía militar que le permita tomar la iniciativa en una guerra atómica

Moscú acusó ayer a Washington de pretender alcanzar una hegemonía militar que le permita tomar la iniciativa e iniciar una guerra atómica. Así lo afirmaba el análisis de comentarista Serguei Kulik, difundido anoche por la agencia oficial soviética Tass. A este supuesto deseo de EE UU de "golpear primero" obedece, según Kulik, el plan de modernización propuesto el viernes por Ronald Reagan. El comentarista de Tass negaba, pues, que Washington trate simplemente de reforzar su poder disuasorio, y recordaba cómo, desde Richard Nixon a Jimmy Carter, la Casa Blanca ha reconocido la existencia de un equilibrio militar entre Este y Oeste.

El plan de modernización de las fuerzas del Pentágono marca, según Kulik, el "principio de una etapa cualitativamente nueva en la carrera de armamentos nucleares y agrava la amenaza de una futura guerra"."La URSS", concluía el análisis, "no quedará indiferente a la aparición en Estados Unidos de nuevas y más temibles armas", y se dispondrá a ofrecer el oportuno contrapeso.

Según observadores occidentales en la capital soviética, el Kremlin trata nuevamente de beneficiarse de las distancias que este plan de modernización puede crear entre Estados Unidos y sus aliados europeos, que contemplan un resurgir del pacifismo en el viejo continente. Un comentario publicado ayer en Pravda afirmaba, precisamente, que estas nuevas armas del Pentágono no merecen consideración diferente a los euromisiles, ya que ambos huelen igualmente a "catástrofe nuclear".

La respuesta dada en esta ocasión por los soviéticos al anuncio del plan de modernización del Ejército norteamericano no difiere en absoluto a las ofrecidas anteriormente, cuando la actual Administración de la Casa Blanca reiteró los deseos de su antecesor de desplegar los euromisiles y, posteriormente, anunció la fabricación de la bomba de neutrones.

En ambas oportunidades, el Kremlin respondió que "no quedaría indiferente" ante la postura de Washington, y anunció su "oportuna respuesta".

En este caso, sin embargo, Moscú ha tratado de dejar bien claro además que EEUU se prepara a dar el primer golpe, tomando la iniciativa bélica que corresponde a sus "deseos hegemonistas".

Esta acusación soviética toma especial relieve, dado el interés mostrado por Moscú en desmentir el informe hecho público por el Pentágono en el que se trataba de demostrar la superioridad militar de la URSS.

Durante los últimos meses, los soviéticos han insistido en su tradicional tesis de que hace más de una década que el mundo logró el equilibrio militar y que, por ello, cualquier incremento en los arsenales de Occidente supondría un gran peligro.

Guerra nuclear limitada

En este sentido, el análisis de Kulik, dado a conocer ayer noche por la agencia Tass, insistía en que la seguridad de Estados Unidos pasa precisamente por una disminución de sus armamentos, y no por un nuevo rearme.

Repetidas veces los medios de comunicación soviéticos han criticado con dureza y calificado de falsos los argumentos estratégicos de la nueva Administración republicana, entre los que se contempla la posibilidad de una "guerra nuclear limitada". Según el Kremlin, cualquier conflicto atómico desencadenaría, automáticamente, un proceso aniquilador de irreversibles consecuencias para todo el mundo.

Violación del tratado bilateral

En relación a la red de misiles antimisiles (ABM) prevista en el mismo plan de modernización de las fuerzas estratégicas norteamericanas, la agencia Tass considera que implica una posible violación del actual tratado bilateral entre ambas potencias.

"El establecimiento de este sistema, cuyo objetivo es llegar a la total vulnerabilidad de los misiles estratégicos ofensivos, violaría el tratado soviético-norteamericano sobre la limitación del sistema de defensas antimisiles, que establece un techo para el desarroIlo de estos ingenios".

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