Las fuerzas parlamentarias consideran inadmisible el intento de involucrar al Rey en el consejo de guerra por el 23-F
Con calificativos de «inadmisible», «intolerable» e «impresentable», las principales fuerzas políticas del arco parlamentario han reaccionado unánimemente contra las tesis de las conclusiones provisionales de los abogados defensores en el proceso por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero, y especialmente contra el intento de implicar al Rey en el consejo de guerra. Varias de las opiniones recogidas por EL PAIS apuntaron ayer, vista la escalada de la intoxicación, a la conveniencia de utilizar la ley de Defensa de la Democracia para detenerla.
El rechazo del intento de implicar al Monarca en el golpe de Estado es la nota predominante en la respuesta de los líderes políticos, ya que, según manifestó Manuel Fraga, aunque para la defensa de un encausado pueda ser perfectamente lícito cualquier argumento, intentar hacer creer que se cumplían órdenes del Rey es no sólo absurdo, sino también inadmisible, ya que va contra la Constitución y lo que en ella se dispone sobre la inviolabilidad y la no responsabilidad real.El centrista Fernando Abril estimó que «se trata de una estrategia muy antigua, que no debe sorprender a nadie», y añadió que si algo está claro es que el Rey resolvió la situación «conforme a las leyes que nos dimos todos los españoles, y se ganó a pulso el calificativo de primer demócrata del país». Marcos Vizcaya, portavoz del PNV en el Congreso, coincidió en ello al preguntarse qué implicación podría tener el Rey si de él dependía la suerte del golpe y, lo hizo fracasar, y reafirmó que para los nacionalistas vascos el Monarca es elemento clave del sistema democrático y, por tanto, del Estado de las autonomías.
Por su parte, el socialista Enrique Múgica manifestó qué «nunca se ha visto que tantos leales monárquicos urdieran tan burda, difamación contra la Corona», mientras el nacionalista catalán Miguel Roca indicó que tan intolerable insinuación ratifica a su grupo una vez más en su voluntad de resaltar el papel de la Corona, tanto en el proceso de transición como en la progresiva consolidación del Estado democrático.
Finalmente, el dirigente comunista Enrique Curiel dijo que las alusiones al Rey son un intento evidente de deteriorar la imagen del Monarca, junto a la de otras piezas clave para la democracia, como son los partidos -vinculando a la izquierda con un supuesto Gobierno del general Armada- y la gran mayoría de las Fuerzas Armadas y relevantes mandos de las misma, que apoyaron públicamente la Constitución. «El amplísimo consenso alrededor del Rey», señaló Curiel, «es un capital político para todos los demócratas, monárquicos o no».
En medios solventes gubernamentales no se descarta la posibilidad de emprender alguna acción legal contra esta campaña de intoxicaciones, sobre todo en vista de la previsible escalada de las mismas antes de la celebración del consejo de guerra.
Abril: "Utilizar la ley de Defensa de la Democracia"
Al preguntarle qué actitud podría tomarse ante la estrategia de los golpistas, Abril preguntó a su vez: «¿Para qué sirve la ley de Defensa de la Democracia? ». Dijo que sería conveniente poner coto a esas intoxicaciones, en las que lo más indignante a su juicio es la arrogancia que se pone en defender lo que al fin es un flagrante delito, y en este sentido añadió que coincidía con Juan Luis Cebrián en la apreciación de que cada español tiene un juicio muy claro sobre la actuación de los golpistas, a los que el dirigente centrista calificó de pandilla de energúmenos.
También Enrique Curiel invocó el uso de la ley para Defensa de la Democracia, puesto que es un instrumento jurídico que el sistema se ha dado con ese fin. El dirigente comunista pidió que estos recursos se apliquen «sin vacilación y con todas sus consecuencias». Sobre este, tema comentó Marcos Vizcaya que «lo que pasa es que se les ha dado manga ancha desde el 24 de febrero, y ahora no hay quien los pare», y añadió que «la democracia lo admite todo, menos lo que la pone en peligro».
En opinión del centrista Luis González Seara, los golpistas quieren desviar la atención de los hechos que se juzgan y hacer que se juzgue otra cosa. Las fuerzas políticas consultadas coincidieron en general en manifestar su sorpresa por el hecho de que se trate de desvirtuar la realidad de esa forma..
Así, el socialista Múgica precisó: «Nunca se ha visto que tantos hombres se alzaran en armas contra la Constitución para defenderla. Nunca se ha visto que cualificados militares quebrantaran tan vulgarmente el concepto de la disciplina y de la natural jerarquía de la línea de mando militar. Nunca se ha visto que un preámbulo, como el suscrito por diez letrados a sus conclusiones provisionales, pareciera menos un texto jurídico y más un llamamiento justificando el golpismo».
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