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El rey Juan Carlos, retratado por el pintor Antonio Quirós

La obra fue encargada por el Ministerio de Hacienda

El pintor Antonio Quirós (Santander, 1918), uno de los artistas más acreditados de nuestro país, ha hecho entrega al Ministerio de Hacienda de un retrato del rey Juan Carlos, cumpliendo de esta manera el encargo que le hiciera hace unos meses Jaime García Añoveros.

El asunto no tendría más importancia si con esta iniciativa no se hubiera roto felizmente con ese siniestro hábito de nuestra Administración de patrocinar, casi siempre, horribles y estereotipados « retratos de salón». Con ello, nuestros burócratas oficiales traicionaban una tradicional política de mecenazgo real, caracterizada por el buen gusto cuando no rozaba la genialidad, como se puede apreciar paseando por el Museo del Prado. En este país, los reyes no fueron retratados por cualquiera: Tiziano, Rubens, Velázquez, Goya...En la época contemporánea, sin embargo, esta tradición decae hasta hundirse casi por completo. Es cierto que las licencias expresivas del arte de nuestros días hace temer a la vanidad de los retratados o simplemente dudar sobre la conveniencia de abandonar la ejemplaridad del parecido. Vanos temores y dudas, en cualquier caso: nada más ridículo que un retrato de aparato adulador. pero sin una pizca de talento.

Es urgente, pues, volver a reconciliar el mecenazgo oficial con el arte verdaderamente creador, ya que no es sólo una cuestión de justicia, sino también, en amplio sentido del término, «de vista». En este sentido, tiene un valor excepcionalmente ejemplar la iniciativa del Ministerio de Hacienda, pues, no lo olvidemos, sus aciertos redundan sobre el patrimonio artístico de los españoles, aunque eventualmente sólo sean gozados en las dependencias oficiales.

Seguridad técnica

Por lo demás, se puede afirmar que Antonio Quirós no necesita presentación. Se formó artísticamente en Santander y París, ciudad esta última donde residió desde 1939 hasta 1951, fecha en la que se instaló definitivamente en Madrid. En sujuventud asistió a las célebres academías de la Grand Chaumiére y Julien, que le dieron una poderosísima segurídad técnica.Antonio Quirós es ciertamente un pintor de cualidades formales verdaderamente sorprendente, pero además, frente a otros representantes de la Escuela de París, posee un universo personal muy característico, mezcla de ensoñación surrealizante y crudeza.

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