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El debate de la colza

El apoyo de Coalición Democrática permitió al PSOE pedir la "reprobación" de cinco ministros

El apoyo de la representante de Coalición Democrática (CD) en la Mesa del Congreso María Victoria Fernández España a la izquierda, permitió dejar en minoría a los miembros del grupo centrista y que se adoptara el acuerdo de someter a votación del Pleno del Congreso un texto socialista proponiendo la reprobación de cinco ministros del Gobierno Calvo Sotelo por su gestión en relación con el síndrome tóxico. La propuesta, que originó grandes discusiones políticas y diferentes interpretaciones constitucionalistas -UCD estimó en todo momento que se trataba de una «moción de censura encubierta»- fue rechazada a primera hora de la madrugada de hoy por un margen en torno a los 35 votos.

Tras el rechazo por la Mesa del Congreso, el pasado miércoles, de la «moción de condena» a todo el Gobierno propuesta por los comunistas, por entender que se trataba de una moción de censura encubierta, durante la sesión matinal de ayer corrió por los pasillos del Congreso la noticia de que Landelino Lavilla consideraba igualmente no admisible a trámite la propuesta socialista al Congreso de los Diputados para que considerara «reprobable» la gestión de los ministros de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Economía y Comercio, Hacienda, Agricultura e Industria y Energía, a través de enmiendas individualizadas para cada ministro (véase EL PAÍS del 15 de septiembre de 1981).Consultas al diccionario

La cuestión se planteó ya, según miembros de la Mesa, el miércoles último, y en un primer tanteo la opinión centrista parecía predomínar, dada la mayoría UCD-CD. Las consultas al diccionario intentaron dilucidar sí reprobar equivale a censuzar, mientras los constitucionalistas de UCD aseguraban qlte sólo hay una manera de pedir responsabilidad política al Gobierno: la moción de censura constructiva regulada en la Constitución, sin que sea posible pediresa responsabilidad a unos ministros concretos, sin exlaírsela al presidente, que es quien obtuvo la conrianza de lit Cámara en la sesión de investidura.

Otras opiniones señalaban que la práctica parlamentaria española podía introducir un uso contrarioa la rigurosa aplicación de la moción de censura constructiva, exclusiva y, excluyente. Apoyaban su argumentación en que la Constitución no impide tal práctica parlamentaria.

Mientras tanto, los socialistas estudiaban las posibilidads de sacar adelante su propuesta si se les necesitaba la tramitación con el término «reprobar». El primer partido de la oposición no deseaba que quedara en entredicho su acertado uso de la Constitución ni que se les equiparara a los comunistas, quienes. en opinión de Gregorio Peces-Barba. habían hecho una propuesta « impresentable ». Los socialistas pensaron entonces suavizar su enmienda, sustituyendo la expresión «reprobar» por una que ofreciera menos connotaciones de «censura».

Gestión "reprobable", "negligente", "insuficiente"

El punto de convergencia parecía muy fácil a primera hora de la tarde de ayer. El vicepresidente de la Cámara, Modesto Fraile, explica a EL PAÍS la buena disposición centrista para que se tramitara un texto de exhortación al Gobierno para que actuara con más dilic,encia. Por su parte, el secretario del grupo socialista, Peces-Barba, aceptaba sustituir la acusación de reprobación por la de mera «negligencia». Explicaba que la expresión a emplear no importaba tanto como el hecho de que la Cámara valorara negativamente la aestión gubernamental. Los miembros socialistas de la Mesa optaron por el concepto «insuficiente», que sustituiría al de «reprobable».

Así estaban las cosas cuando se reunió la Nlesa del Congreso, durante la pausa entre la sesión matinal y vespertina. La sorpresá se produjo cuando se conoció que la Mesa había aceptado la tramitación de la enmienda socialista sin modificaciones. Según algunas versiones, el Gobierno había contemplado la posibilidad de que una moción más suave contra cinco ministros fuera aprobada por la Cámara, al menos contra algunos de ellos, y prefirió la tramitación de la moción dura. Secún otras fuentes, Fraga se negó a seguir colaborando con el Gobierno.

Apoyo de CD al PSOE

En cualquier caso, inopinadamente, María Victoria Fernández España (CD), vicepresidenta tercera de la Cámara, voto junto a los representantes izquierdistas en la Mesa: el vicepresidente segundo, Luis Gómez Llorente (PSOE); el vicepresidente cuarto, lgnacio Gallego (PCE), y los secretarios socialistas Leopoldo Torres y José Bono. En total, cinco votos favorables a la tramítacíón de la enmienda socialista, frente a los cuatro representantes centristas en la Mesa (el presidente, Landelino Lavilla; el vicepresidente primero, Modesto Fraile, y los secretarios Víctor Carraseal y Soledad Becerril).

Algunos rumores que circularon inmediatamente por los pasillos y que en seguida fueron desmentidos por el propio Calvo Sotelo y por el secretario de Estado para la Información, Ignacio Aguirre, daban cuenta de que el Gobierno respondería planteando inmediantamente la cuestión de coiifianza. La posibilidad de que Calvo Sotelo revalidara la confianza que obtuvo de la Cámara el pasado 25 de febrero, como respuesta a los intentos censuratorios de la izquierda y quizá también para po rier a prueba la confianza de determinados sectores de su propio partido, prestaron credibilidad durante gran parte de la jornada a la posible reacción gubernamental contra los juicios parlamentarios propuestos por el PSOE para cinco ministros.

Se anunció incluso la probable reunión inmediata, en el propio palacio del Congreso, del Consejo de Ministros, para que Calvo Sotelo cumplimentara el requisito constitucional de la deliberación del Gobierno, previa al planteamiento de la cuestión de confianza. La cena celebrada la noche del miércoles último por 36 parlamentarlos centristas del sector socialdemócrata (32 diputados y cuatro senadores), con anuncio de un próximo documento, así como la reciente reunión de miembros de la plataforma moderada, calentaron suficientemente el ambiente político dentro de UCD, cuyo presidente estudió con un grupo de colaboradores la posibilidad, entre otras, de dar un paso constitucional al frente para reforzar su posición política, y según algunos diputados de diferentes grupos, incluidos los centristas, se contempló la posibilidad de disolver las Cámaras.

Feiipe González: la interpretación, "problema de UCD"

Desde la oposición, Felipe González explicó reiteradamente en los pasillos que la propuesta socialista no era una moción de censura encubierta, y que si UCD lo consideraba así, ese era «el problema de UCD». Añadió que si Calvo Sotelo pretendía formular una cuestión de confianza, estaba en su derecho, pero que la realidad es que la mayoría de los ciudadanos ,ya le han retirado la confianza a su Gobierno. Insistió en que, al margen del posible debate político y la confianza o desconfianza de la Cámara hacia el Gobierno, las veinticuatro propuestas socialistas eran la mejor respuesta a la intoxicación.

El líder socialista comentó que la actitud de CD al apoyar en la Mesa la tramitación de las enmiendas socialistas, puede tener como clave un deseo de Fraga de no aparecer demasiado próximo a UCD y al Gobierno cuando se aproximan las elecciones gallegas.

Cascada de críticas al Gobierno

Santiago Carillo aseguró también, en su intervención en el hemiciclo para fijar la posición del Grupo Parlamentario Comunista, que, al margen de la admlsión o no de las propuestas de «censura moral» formuladas por la izquierda, «la condena del Gobierno está ya en la conciencia no sólo de los afectados por el envenenamiento, sino de la inmensa mayoría de los españoles, y creo que también de los miembros de esta Cámara».

Los grupos minoritarios se refirieron también a la responsabilidad política del Gabinete. El propio representante del PNV, Andoni Monforte, habló de la imagen lamentable de algunos ministerios. Por la Minoría Catalana, Joaquín

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Molíns se refirió a negligencia en el control alimentario y a algunas lagunas legales, si bien manifestó que todos somos responsables. Por el Grupo Mixto, Andrés Fernández pidió la dimisión de los cinco ministros que el PSOE pretendía que la Cámara reprobara.

El debate general sobre las cuatro propuestas presentadas -dos socialistas, una comunista y la del Gobierno- concluyó con la intervención del portavoz centrista, Miguel Herrero, para quien no existen más responsabilidades exigibles que las penales y administrativas, mediante sentencias judiciales, y las que puedan deducirse en el Parlamento como consecuencia del trabajo de la comisión de encuesta propuesta por el Gobierno. El ministro de Economía y Comercio, Juan Antonio García Díez, aseguró que dicha comisión tendrá todos los medios necesarios por parte del Gobierno.

Reunión del grupo de UCD

Antes de comenzar el estudio de las enmiendas concretas a las cuatro propuestas citadas, el presidente de la Cámara concedió un descanso que fue aprovechado por el Grupo Parlamentario Centrista para reunirse a puerta cerrada con el Gobierno. Leopoldo Calvo Sotelo y Miguel Herrero manifestaron que la propuesta socialista era inconstitucional, ya que el Gobierno responde solidariamente, y la única fórmula de exigirle esa responsabilidad es la moción de censura configurada en la propia Constitución.

Los centristas salieron de la reunión diciendo que estaban «unidos como una piña» y presagiando una sesión larga. Ya en el hemiciclo, Calvo Sotelo se situó en el escaño contiguo al ocupado por Adolfo Suárez y conversó durante unos minutos con el ex presidente del Gobierno, quien había acudido a la reunión de su grupo con expresión crispada y permanecía en su escaño con semblate serio, mientras Calvo Sotelo parecía ofrecerle explicaciones.

Reanudada la sesión, los grupos parlamentarios iniciaron la defensa de sus enmiendas. Ramón Tamames, del Grupo Mixto, planteó, entre otras cosas, que la comisión parlamentaria de investigación propuesta por el Gobierno presente su informe antes del 30 de noviembre de este año. El texto gubernamental no acotaba un plazo para el trabajo de esta comisión.

Fraga anunció la presentación de una moción como consecuencia de no haberle safisfecho la respuesta gubernamental a la interpelación que abrió el martes pasado el, debate sobre envenenamiento por aceite tóxico. Seguidamente defendió su enmienda a la totalidad de la proposición del Grupo Parlamentario Comunista, que pretendía una condena de todo el Gabinete.

Respecto al sentido del voto de su grupo en torno a las enmiendas reprobatorias socialistas -a las que CD había dado luz verde-, Fraga anunció que sería coherente con la confianza prestada por CD a Calvo Sotelo en la sesión de investidura en la esperanza de que cumpliera su compromiso de sacar enseñanzas del debate. En el momento de las votaciones contra los cinco ministros, CD se abstuvo.

El comunista Jordi Solé Tura defendió la corrección constitucional de la enmienda comunista guillotinada por la Mesa del Congreso, por la que se proponía la condena global de todo el Gobierno. Criticó que el Gabinete sólo pretendiera salir indemne del debate.

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