Felipe González: "El único motivo para una crisis de Gobierno es la situación de UCD""

«El Gobierno no tiene motivos para entrar en crisis, excepto los que se derivan de los problemas de su propio partido», afirmó ayer el secretario general del PSOE, Felipe González, en un informe presentado al comité federal de su partido. La reunión de este órgano, celebrada en Madrid, dejó traslucir la preocupación de los socialistas por los movimientos que se producen en torno al presidente Calvo Sotelo, y el temor de que pueda generarse una dinámica de derecha contra izquierda.

La tesis del líder socialista es que el apoyo del primer partido de la oposición ha dado carta libre al Ejecutivo para actuar en los terrenos más importantes para la consolidación del sistema democrático -lucha antiterrorista y desactivación del golpismo-, así como acuerdos negociados para pacificar el sector industrial (acuerdo nacional sobre el empleo) Y abordar el problema autonómico (concertación).«Ha sido el propio Gobierno el que, una vez realizados esos acuerdos, ha procurado introducir elementos de cónfrontación con el PSOE, lanzando sobre la arena política dos temas que estaban aparcados, como son el ingreso en la OTAN y la televisión privada. Al mismo tiempo ha cometido errores y torpezas increíbles en el control del grave problema ocasionado por el aceite adulterado».

Según el secretario general del PSOE, el Gobierno no tiene objetivamente ninguna dificultad seria para conducir al país hasta las elecciones generales de 1983, y todos los problemas que aparecen en estos momentos no derivan de un acoso de la oposición. «El PSOE ha puesto de su parte todo lo que ha podido para dejar al Gobierno que gobierne. Y no otra cosa es lo que vamos a exigirle: que gobierne. No hay absolutamente ningún motivo para una crisis, externa a los propios problemas del partido».

Asimismo, Felipe González dijo que el debate parlamentario sobre las consecuencias del envenenamiento por aceite adulterado no habría sido necesario -al menos en los términos de dureza en que está planteándose- si el Ejecutivo hubiera afrontado su responsabilidad desde el principio, atajando las consecuencias de la acción de desaprensivos «e impidiendo los perjuicios que se están ocasionando a multitud de empresarios, comerciantes y productores de aceite que nada tienen que ver con este fraude. E incluso diría que poniendo coto a las ambiciones de algunas multinacionales que aspiran a aprovecharse de este problema».

Tras la reunión del comité federal, el vicesecretarlo general del PSOE, Alfonso Guerra, amplió a EL PAÍS el contenido de la línea adoptada por su partido respecto al debate del aceite. «Se va a llevar un debate duro, aunque sin llegar al acoso y derribo», dijo, atribuyendo dicha actitud a la fragilidad del sistema democrático y a la necesidad de garantizar un mínimo de estabilidad a este país.

Preguntado si esa actitud no se debería también a la falta de votos para el triunfo de una eventual moción de censura (que exige la mitad más uno de los diputados del Congreso), Guerra contestó que una censura al Gobierno por la cuestión del aceite obtendría 140 votos en el Parlamento en estos momentos, mientras que «probablemente en el país, en el ánimo de la gente, la censura sería muchísimo más amplia». ¿Quiere eso decir que este Parlamento no es representativo de la opinión del país? «Tal vez ya no lo sea», contestó Guerra. «En estos momentos ya no sabemos muy bien ni siquiera lo que es UCD».