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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

A la antigua usanza

Comedia a la antigua usanza. Alex y Marian coinciden en el apartamento que cada uno desea alquilar (como en El último tango en París, pero otra cosa) en un barrio (fondo de acordeón); deciden compartirlo. Para ella, el estudio (pintora; buhardilla), y para él, la alcoba (seductor; champaña, violines, media luz). La comedia va abriendo su camino, tontamente, sobre tópicos. Surge una relación sexual fría (citas de Stekel) que llega al amor (mágico, una sola vez en la vida) y, por tanto, al conflicto: él está casado. Se aborda la separación conyugal, pero es imposible (niños pequeños, conciencia), y es, por tanto, esta pareja irregular la que se separa.

Se vuelven a encontrar diez años después (es el arranque de la comedia; su desarrollo es a base de rememoraciones y recuerdos, de flash back); su amor sigue intacto (una sola vez, etcétera), y piensan por un momento realizarlo, uniéndose de nuevo; pero él sigue siendo incapaz de separarse de su esposa (es la más débil, hay que protegerla) y se despiden nuevamente; Alex queda solo, fuma lentamente, y lentamente también cae el telón.

Usted no es Greta Garbo, de Diego Santillán

Intérpretes: Vicente Parra y Elisa Ramírez. Director: Diego Santillán. Con la colaboración de la Dirección General de Música y Teatro.Estreno: teatro Benavente, 9-9-1981.

Diego Santillán, nuevo autor en España no siendo joven -la guerra le mantuvo en el exilio- se ha propuesto con esta comedia de dos personajes hacer «un teatro burgués de entretenimiento», según sus notas al programa. Es de temer que los burgueses se divierten hoy de otra manera. El juego de las falsas audacias ya no es suficiente. Y al diálogo le falta brillantez, originalidad, fuerza.

Vicente Parra y Elisa Ramírez interpretan la comedia con desparpajo, buscando el punto de simpatía y de comprensión de los espectadores. Cuando se sepan sus papeles mejor -el apuntador tuvo que hacerse estentóreo en algunos momentos- estarán mucho más cerca de conseguirlo.

El público del estreno aplaudió al final de cada parte; salió el autor, y también el decorador -Antonio Cortés, que consiguió bien el clima del interior- a recoger el premio a su trabajo.

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