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El debate de la OTAN

Texto íntegro del memorándum de la Unión Soviética

La agencia Efe difundió ayer el texto íntegro del memorándum presentado por la Embajada soviética en Madrid al Ministerio español de Asuntos Exteriores, afirmando que procedía de su delegación en Moscú. Previamente, la agencia soviética Tass había facilitado el texto completo en su servicio en lengua rusa, y, un resumen en lengua francesa. Reproducimos a continuación dicho memorándum, en su versión íntegra.

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El memorándum soviético sobre la OTAN enfría las relaciones entre los Gobiernos de España y la URSS

«En los últimos tiempos, a juzgar por las informaciones que llegan desde Madrid, se llevan a la práctica los planes para el ingreso de España en la OTAN. El Gobierno español, Como se señala ampliamente en la Prensa, ya ha comenzado a dar pasos concretos para realizar dichos planes.La Unión Soviética ha respetado siempre, y sigue respetando, la soberanía española.

Al mismo tiempo no puede ignorar planes o actitudes que pueden conducir a una escalada de la tensión internacional ocasionar grave daño a la seguridad europea hoy y en el futuro.

Cuando ya todo se ha dicho y hecho, depende de los españoles mismos decidir si España debe participar en una alianza o en otra o en ninguna.

Sin embargo es el deber de la Unión Soviética aclarar su actitud ante una cuestión cuya importancia y consecuencias trascienden las fronteras nacionales y afectan los intereses generales de la paz de la seguridad de la cooperación en Europa y otros lugares.

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Traer a colación que un Estado es soberano para tomar decisiones en lo que añate a su participación en una u otra organización político-militar no significa, ni mucho menos, que otros países, partiendo también del derecho soberano que les es inherente, no se preocupen de su seguridad, no puedan reaccionar al ingreso de otro miembro en una alianza político-militar apuntada contra ellos.

Recordando que el establecimiento de la OTAN marcó el comienzo de la formación de agrupaciones militares y políticas que se enfrentan en Europa, obstaculizan el establecimiento de relaciones basado en la cooperación y la mutua confianza entre los países europeos, la URSS y otros países del Pacto de Varsovia hicieron y hacen todo lo posible -como testimonian sus numerosas iniciativas- para lograr la disolución de los bloques político-militares, o, como primer paso, disolver sus organizaciones militares, lo que sería un importante factor para sanear la situación europea e internacional. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS señala que la incorporación de España al bloque del Atlántico Norte en la actual situación internacional resultaría aún más negativa, puesto que de hecho se convertiría en el componente de una serie de medidas dirigidas a escalar la carrera armamentista, agravar la tensión mundial y complicar el diálogo Este-Oeste.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS señala que tal acción lleva implícita consecuencias graves que van contra los acuerdos finales del acta de Helsinki, aprobada por representantes de 35 Estados, y que constituye un importante documento del mayor nivel político.

La inclusión de un nuevo miembro. España, en el bloque del Atlántico Norte esta destinada a aumentar el nivel de enfrentamiento entre las dos agupaciones militares y políticas en Europa a estimular a aquéllos que son partidarios de la política de bloques y a colocar obstáculos adicionales a los esfuerzos de los Estados europeos para consolidar las relaciones sobre una base común europea.

El ingreso de España traería también consigo cierto socavamiento de lo que en el continente europeo sirve a los intereses de la distensión y la cooperación pacífica entre Estados de diferente régimen social. Surgiría una nueva situación no sólo en Europa, sino tambien en las regiones del Atlántico y del Mediterráneo próximas a ella.

La posición de la abrumadora mayoría de los países sobre el problema de los bloques político-militares fue expresada con toda claridad el año pasado en la asamblea general de la ONU. Más de cien Estados pertenecientes a diferentes sistemas sociales apoyaron entonces una resolución que exhortaba a disolver las alianzas militares existentes y, como primer paso, abstenerse de acciones que condujeran a la ampliación de los bloques militares existentes. Actuar en contra de esta resolución significa despreciar las recomendaciones de la ONU y, marchar en una dirección que no aprueban la mayoría de los Estados.

La parte española sabe bien que la Unión Soviética, como también muchos otros países, apoyó la propuesta de España de celebrar en Madrid el encuentro de los países participantes en la Conferencia de Seguridad Europea. Para nadie es un secreto tampoco que al elegir a Madrid como sede del encuentro se tomaba a España como país no miembro de ningún bloque, que más de una vez, además, había proclamado su fidelidad a los principios y objetivos del Acta Final de Helsinki.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS señala que «debe tomarse en cuenta en España el hecho de que cualquier cambio en el panorama político del país, y el lugar que éste ocupa en el sistema de relaciones interestatales, implica consecuencias de largo alcance imprevisibles en todos sus aspectos, incluyendo las consecuencias para la propioa España».

En su momento se creó la impresión de que, al romper con su pasado, España elevaba su potencial positivo en la arena internacional, avanzando por la vía de una política internacional independiente orientada a la paz.

Esta impresión se fortaleción también porque se libró del arma nuclear en su territorio, debido a lo cual surgieron nuevas posibilidades para considerar los intereses de España desde el punto de vista de garantizar su seguridad, como país libre del arma nuclear. En las nuevas condiciones, lógicamente, surgiría el interrogante de en qué medida podrían conservarse estas posibilidades al considerar el ingreso de España en la OTAN y, todos los factores de orden estratégico-militar relacionados con este ingreso.

La inclusión de España en una alianza dirigida contra la URSS y sus aliados no puede dejar de afectar las relaciones entre la Unión Soviética y España.

Es imposible dejar de considerar, al menos, este punto de la disciplina de bloque, que en la práctica diaria de la OTAN afecta negativamente la actitud de los integrantes de esa organización ante muchos problemas internacionales, las relaciones interestatales europeas y, las relaciones bilaterales entre todos los países. Aparte se plantearía el problema de los aspectos militares propiarnente dichos de la situación en el continente europeo, y de los cambios que traería consigo el ingreso de España en la OTAN.

La entrada de España en la OTAN provocará otros cambios, además de los referentes a aspectos puramente militares, de la situación en el continente europeo.

En esta situación, la URSS y, sus aliados. preocupados por sus intereses vitales, que incluyen los de la seguridad, se verían obligados a adoptar conclusiones adecuadas y ponderar la posibilidad de adoptar las medidas pertinentes.

La parte soviética expresa su confiana de que los juicios anteriormente expresados serán estudiados con la mayor atención en España. Están dictados exclusivamente por la preocupación de favorecer la seguridad internacional y, la distensión, reducir el nivel de enfrentamiento en Europa y, por último y no menos importante. desarrollar relaciones normales favorables entre la URSS y España».

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