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ECOLOGIA

El "Louise Smits" embarca residuos radiactivos en el puerto belga de Zeebrugge

En medio de grandes medidas de seguridad, el barco holandés Louise Smits carga, desde ayer por la mañana, barriles que contienen desechos nucleares en el puerto belga de Zeebruoge. El buque ecologista Sirius, que le viene siguiendo desde Holanda, no ha sido autorizado a entrar en dich o puerto, por lo que ha tenido que dirigirse al de Ostende, también en Bélgica y a dos horas de navegación del primero.

En Zeebrugge, después de la manifestación del sábado, la tensión se ha hecho notar en las propias calles de la localidad y especialmente en las zonas cercanas a los muelles, donde un grupo de manifestantes trató de hacer un acto simbólico de protesta, arrojando al mar un bidón de características formalmente similares a los que contienen residuos atómicos, hecho que fue impedido por la policía. En los medios oficiales de la zona se percibe, como cuando ayer EL PAIS habló con el burgomaestre de Brujas, un sensible nerviosismo ante la situación creada por la presencia en Bélgica de los dos barcos. Como quien no quíere la cosa, este alcalde socialista belga deja caer al unas veces, en su idioma tlamenco, continuamente salpicado de latinajos, que en la lucha ecologista hay «un cierto terrorismo del que es preciso estar en guardia».

Los muelles donde permanece atracado el Louise Smits están severamente vigilados por la policía, que ejerce incluso una estricta prohibición de hacer fotografías. La fragata holandesa que vigiló la travesía hasta Bélgica regresó ayer a su país.

No falta incluso quien asegura que ha habido una fuga atómica a bordo del citado barco. El Comité para la Energía de la ciudad de Schagen pidió al Centro para la Energía Atómica de Holanda que hiciera regresar el Louise Smits a su punto de origen, alegando que existen indicios de que se ha roto la chapa de cemento que protege los barriles, en algunos casos, y que, en consecuencia, ha habido fugas radiactivas. Dicho conilté informó a las autoridades holandesas que, secún las imágenes de televisión ofrecidas por la cadena NOS en dos de sus telediarios, durante los pasados días 2 y 3, es fácilmente apreciable que se ha producido el deterioro de las capas protectoras de los barriles.

La misiiia fuente llegó incluso a aconsejar que todas las personas que hayan estado próximas al barco sean inmediatamente consultadas médicamente. Es indudable que en este caso seríamos centenares los afectados, pues entre los tres barcos que protagonizaron el viaje hasta ahora (la fragata Piet Heyn, el Louise Smits y el Sirius) figuramos alrededor de 250 personas, sin contar a quie nes hayan estado en contacto anterior con el cargamento. Sin que quiera darsl una imagen alarmista del asunto, hay que reseñar que en el momento en que el Louise Smits izó la ban dera de peligro radiactivo en alta mar, el viernes pasado, el contador Geiger de Green Peace, situado sobre una lancha rápida, registró medidas de radiactividad veinte veces superiores a la normal.

La expectación ha subido enormemente, mientras tanto, sobre este asunto. Hasta ahora sólo viajábamos a bordo del Sirius dos periodistas (EL PAIS y el diario flamenco De Morguen), pero ayer se produjo la avalancha a nuestra llegada a Ostende. Numerosos medios europeos quierevi viajar ahora al océano para seguir los acontecimientos de cerca. De España, llegará hoy un equipo de Televisión Española solamente.

Inquietud de los ecologistas gallegos

La Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia (Adeza) publicó ayer un comunícado en el que exige de la Junta de Galicia y del Gobierno «una protesta formal ante el Consejo de Estado holandés para impedir el vertido de 2.700 toneladas de residuos radiactivos frente a nuestras costas».

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