Frager y Soriano, directores de un curso de interpretación pianística
El Concurso Internacional de Piano Paloma O'Shea, que cada dos años se celebra en Santander, ha tomado no sólo carta de naturaleza en la ciudad, sino que despierta una asistencia multitudinaria. Con el fin de establecer un hilo de continuidad y evitar la total ausencia del certamen, los años sin concurso estarán cubiertos, desde ahora, por un Curso de Interpretación Pianística, establecido por la Universidad Menéndez y Pelayo y Paloma O'Shea en estrecha colaboración.
El primer curso ha sido dirigido por Federico Sopeña, y en él han dictado sus lecciones a dieciocho profesionales el pianista norte americano Malcolm Frager y el espáñol. Joaquín Soriano. Durante quince días de clases en el paraninfo de La Magdalena, los dos profesores han cuidado la orientación técnica y estética de dieciocho cursillistas, seleccionados entre un grupo bastante mayor. Asistir a las lecciones de Frager ha sido para todos -alumnos oyentes o público- una delicia, por el tino y hondura de las observaciones, reflejo de larga experiencia concertística y pedagógica. A lo que se añade una veta de fino humor, con el que Frager alegra sus lecciones.
Volver a referirse aquí a un catedrático y concertista como Joaquin Soriano parece obvio. Basta anotar cómo el curso ha alineado con normalidad al americano y al español, y la brillantez de los discípulos de Soriano escuchados durante las pruebas.
Para el concierto final quedaron destacados siete pianistas, lo que viene a significar que podemos considerarlos como los mejores: González Maribona (Bilbao, 1962), Martínez Ramos, de Las Palmas, y Rosa María Torres Pardo (1959, Madrid), Consuelo Medinilla (Guatemala, 1956), Yves Rault (Francia, 1958), Sakai Hajime (Japón, 1948) y Sorin Melinte (Rumanía, 1957).
Discípulo de Juan Carlor Zubeldía, el excelente bilbaíno González Maribona interpretó Chopin, al igual que la japonesa Sakai Hajiime, formada en su país con la profesora Yamaoka: Yuko; Consuelo Medinilla alternó sus estudios en Guatemala y Bruselas, y demostró en Brahms sus posibilidades de modo paralelo a las exhibidas por la rumana Sorin Melinte, en Beethoven.
Albéniz y Liszt
El Albéniz de Martínez Ramos acusó la imagináción interpretativa del intérprete canario, formado en el lnstituto de Bellas Artes de Filadelfia. EI Liszt de Yves Rault, estudiante en la Juilliard School, y ya con premios importantes en Francia, Italia y España, interesó poderosamente a la audiencia, interés convertido en entusiasmo ante la Petruchka, de Rosa María Torres Pardo (veintidós años), una de las mejores discípulas de Joaquín Soriano, y, como Maribona, auténtico descubrimiento del curso. El mismo ambiente, hecho de máxima eficacia y superior cortesía, propio del Concurso Paloma O'Shea, tan comentado por todos, ha presidido unas jornadas musicales sin otra rivalidad que la del entusiasmo. Dar a manifestaciones de este género perfiles tan singulares es algo bien difícil, que sólo se consigue si brota de una natural manera de ser capaz de reflejarse en cuantos, de una forma u otra, hemos participado en el primer curso de interpretación. Sí, además, el ciclo se instala en el corazón intelectual de Santander que es la universidad, su proyección alcanza las dimensiones sociales y culturales más deseables.
