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Reportaje:

La expedición científica a la sima de Budogia estableció dos nuevas marcas mundiales de profundidad

La expedición científica a la sima de Budogia (BU-56), en el macizo kárstico de Larra, en la que han participado especialistas navarros y franceses, ha conseguido establecer dos nuevas marcas mundiales de profundidad, a la vez que ha obtenido importantes datos geomorfológicos, hidrológicos y tectónicos sobre la zona, considerada como una de las más importantes de Europa de morfología kárstica. La expedición, patrocinada por la Diputación Foral de Navarra, ha permanecido en el extremo sur de Larra durante cuarenta días, con el objeto de recopilar datos que permitan un conocimiento cíentífico más exacto de la zona.

La meseta de Larra está dominada por la mesa de Los Tres Reyes (2.438 metros), el pico de Anle (2.507 metros), el de Arlas (2.062 metros) y el de Lakora (1.867 metros), en una zona a caballo entre el valle de Belagua, en Navarra, y el de Sainte Engrace, en Francia. Larra es uno de los parajes de morfología kárstica modelada por los procesos de disolución de la caliza más impresionantes de Europa, y se estima que el karst de esta zona se originó a finales de la Era Terciaria. En Larra, donde son muy frecuentes las simas, se estima que, en la Era Cuaternaria, existió un importante casquete de hielo, con una lengua que se extendió a lo largo de ocho kilómetros. El macizo kárstico de Larra ha estado considerado como una de las principales zonas del mundo con alto interés espeleológico, dadas las especiales características geomórficas del conjunto calcáreo. Si bien la espeleología en este lugar se ha desarrollado desde hace muchos años, fue en 1950, con el descubrimiento de la sima de San Martín, cuando se acrecentó la inquietud por conocer en profundidad la circulación de las aguas de infiltración y las posibilidades de su utilización.

Aunque al principio las investigaciones se centraron en la parte francesa del macizo, en los últimos años se está trabajando más intensamente en el lado navarro y, en concreto, en las zonas de Anialarra, Ukerdi y Budoguía. Desde 1965 funciona la Asociation International de Recherches Speleologiques de Lapíerre Saint Martin, que coordina los trabajos y exploraciones que se realizan en Larra.

La Diputación Foral de Navarra ha participado en el tema desde 1954, a través del grupo de espeleología de la Institución Príncipe de Viana, y, en los útimos años, financiando todas las expediciones científicas, desde el punto de vista logístico. La Diputación Foral de Navarra ha promovido estudios geológicos e hidrológicos en Larra, estimando que se podrían aprovechar, de algún modo; las aguas subterráneas del macizo. Hoy, no obstante, esta posibilidad ha quedado descartada, aunque la Diputación de Navarra continúa prestando su apoyo a todas las expediciones científicas, y se espera que, en 1982, se celebren unas jornadas internacionales de planificación de las futuras expediciones espeleológicas de Larra, así como una reunión científica sobre el karst de esta zona.

La sima Illamiako Ateak (BU-56), una cavidad de gran importancia y de enorme dificultad en su exploración, fue descubierta en 1979, por lo que desde esa fecha se ha formado un equipo, con los grupos más experimentados que han trabajado en la zona, y han participado en las expediciones de los dos últimos años. En esta ocasión, la expedición a la sima BU-56 comenzó a mediados del pasado mes de julio, estableciendo el campamento base en el extremo sur del karst de Larra.

La expedición, formada por cincuenta personas, y dirigida por el espeleólogo francés Jean Franlois Pernette, ha trabajado hasta mediados de la semana pasada, después de que se completaran todos los trabajos científicos y se establecieran dos nuevas marcas mundiales: la de profundidad en simas integrales (1.335 metros), y la de sifón en profundidad. Sin embargo, para los miembros de la expedición, el interés deportivo queda en un segundo plano, porque no sólo son importantes las marcas mundiales que se hayan podido batir. Se trata, sobre todo, de un objetivo científico, de cara a un conocimiento más exacto de la riqueza natural de Navarra», han explicado miembros del equipo técnico durante una conferencia de Prensa.

La expedición ha seguido, para conseguir descender hasta los 1.335 metros de profundidad, el cauce de un río subterráneo que desemboca en el pantano de Lic Aterey, en el término francés de Sainte Engrace. Los espeleólogos lograron atravesar tres sifones (que contienen agua ondulante) de cincuenta, cien y sesenta metros, respectivamente, con la ayuda de botellas de oxígeno para bucear. El cuarto sifón no fue posible atravesarlo, por lo que la expedición se suspendió hasta el año próximo. En opinión de su coordinador, Isaac Santesteban, «el año que viene, probablemente, se intentará continuar por otro lado».

Para los expedicionarios, los aspectos más importantes de la bajada han sido los de carácter geomorfológico, hidrogeológico y tectónico. El biólogo Jerónimo López está preparando ya una tesis doctoral sobre los aspectos geomorfológicos y tectónicos de la sima BU-56. De otra parte, los expedicionarios han localizado en el interior un insecto denominado Aphenox, que ya había sido descubierto en la sima de San Martín, pero que nunca se había visto tan al Sur. El Aphenox es de forma parecida a la hormiga de tamaño superior, tiene color ámbar y es propio de las cavernas pirenaicas.

La expedición hispano- francesa ha descendido hasta los 1.335 metros en la sima BU-56, lo que supone una nueva marca mundial para simas de una sola boca (simas integrales). La marca absoluta está fijada actualmente en la cavidad Jean Bernac, en los Alpes, donde se ha descendido hasta los 1.445 metros de profundidad, si bien esta sima tiene dos bocas de entrada.

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