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El alto el fuego en el Sahara parece cada día más lejano

La eventualidad de un rápido cese de las hostilidades en el Sahara occidental aparece cada día más lejana, incluso si ambos contendientes admiten que sólo una solución política puede poner término a un conflicto que dura ya seis años. Despues de la minicumbre africana de Nairobi, el Frente Polisario ha iniciado activas consultas con sus aliados para explicar los resultados de la misma y justificar la necesidad de no poner término a su acción armada en la ex colonia española y el sur de Marruecos si no obtiene un diálogo directo con su adversario.El secretario general del frente saharaui, Mohamed Abdelaziz, hizo escala ayer en Argel, de regreso de la capital de Kenia, mientras otros dirigentes del movimiento independentista se han desplazado a varias capitales africanas para exponer las tesis de la RASD, una vez aprobada por el comité especial de la OUA una resolución que define los elementos de un plan de paz basados en un referéndum de autodeterminación controlado por fuerzas internacionales.Pero lo más significativo, si se concede crédito a fuentes diplomáticas occidentales de la capital argelina, sería el gesto realizado recientemente por Libia de reforzar logísticamente al frente saharaui, quien dispondría de armas susceptibles de enfrentarse al obstáculo creado por el muro defensivo instalado por Marruecos entre los contrafuertes de la cadena montañosa del Uarkiz, al sur del reino alauita y al sur de Bu-Craa. Los saharauis habían capturado ya cierto número de misiles teledirigidos TOW, de fabricación norteamericana, durante la pasada campaña del Uarkiz contra los elementos de las columnas móviles marroquíes organizadas por el general Ahmed Dlimi.Un ataque en profundidad contra el muro defensivo del Sahara conlleva una serie de acciones combinadas susceptibles de movilizar un efectivo importante en hombres y medios. El frente saharaui cuenta con ambos, pero su estrategia en los últimos meses ha sido, con raras excepciones, la de bombardeos a considerable distancia contra posiciones en el exterior de la muralla. Una de esasexcepciones la constituyó la serie de ataques realizados contra la guarnición marroquí de Lemseyed, a 170 kilómetros al este de Tarfaya, asaltada por una columna de importancia.El cuerpo expedicionario marroquí, mejor pertrechado que en años anteriores y con una moral más alta, a juzgar por algunas fuentes, tiene, con todo, la desventaja teórica de actuar a la defensiva, al interior del muro, aunque este último dispone de una red de detección, por radares un amplio, foso difícil de ser salvado por vehículos todo terreno y una franja de tierra plagada de minas.Diez mil guerrillerosLas fuerzas con que puede contar el Polisario (cercanas a los 10.000 hombres) han adquirido, por su parte, una experiencia notoria, en la que el conocimiento del terreno ha jugado un papel digno de tenerse en cuenta. Contrariamente a algunos testimonios, el número de responsables militares que conocen el territorio, por haber formado parte de la antigua policía territorial o contar con unaprobada ascendencia saharaui, no ha disminuido, como tampoco parece fundamentada la tesis de una excesiva juventud en los combatientes del Polisario, a causa de sus elevadas pérdidas.Cierto es, sin embargo, que el frente saharaui cuenta con un potencial humano renovable, en términos de preparación militar, inferior al de Marruecos, pero, por otro lado, ha aumentado el nivel de formación militar acelerada en los campos de refugiados y en la academia militar de que dispone el frente, en la parte de territorio controlada por éste.

La deserción en las filas saharauis es muy limitada, con algunos casos conocidos en Mauritania, reconocidos por las autoridades de Nuakchott. En lo esencial, la preparación política y militar de los combatientes del Polisario se mantiene a un nivel alto, la atención médica (en la que intervienen equipos cubanos) parece suficiente, por lo que se refiere a intervenciones de urgencia. Los casos de heridas graves son atendidos, por lo general, en Argelia o de países que se han ofrecido a ello, como Alemania Oriental y Yugoslavia.

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