Fuga de cerebros

Soy psicólogo norteamericano, doctorado en la Universidad de Arizona (EE UU). Estoy casado con una española y, por tanto, tengo mucho interés en fijar mi residelicia permanentemente en España. Sin embargo, lamentablemente me veo obligado a marcharme el mes que viene, no por decisión profesional o por no encontrarme bien con todo lo que es español, sino por razones simplemente burocráticas. Cuando empecé el proceso de la convalidación de títulos profesionales, en noviembre del año pasado, traía conmigo una gran ilusión de quedarme en España y contribuir de mi manera a la vida española dentro de mi profesión. Ahora, casi un año después, todavía estoy, sin permiso para ejercer mi profesión dentro de España, y esta situación promete continuar durante un período nideterminado.He intentado con todos los medios a mi disposición entender por qué los trániltes tardan tanto, y lo que he descubierto me resulta nicomprensible: en este inorriento mi archivo está arrinconado encima del escritorio de una secretaria en la seccíón de convalidaciones del Ministerio de Universidades, donde se quedará hasta que haya once casos más para poder relleriar una carpeta antes de poder criviarla al eneargado del próxirno paso en el largo proceso de la convalidación. ¿Cuánto tiempo ha estado esperando este simple envío mi archivo? Pues dos meses. ¿Y cuánto más puede quedarse en el escritorio de aqueIla secretaria? Según lo que la secretarla me informó, puede tardar unos meses rnás en sólo pasar de su escritorio al de su jefe.

Este es solarriente un ejemplo más de las diversas experiencias que he tenido con la ineficiente burocracia española. Desafortunadamente, hay pocos profesionales extranjeros que pueden esperar años para una simple convalidación de sus estudios. En fin: no es que crea imprescindible para el futuro de España el caso de un sólo profesional, pero sí que cualquier pérdida inútil de profesionales dispuestos a dedicarse al mejoramiento de la vida española es, sin duda, una pérdida no necesaria y, por tanto, lamentable.