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Otros dos detenidos en Lérida por comercializar carne en mal estado

El gerente y el encargado de Frigoríficos Urgel, SA, de Lérida, José Franco y Antonio Alba, han sido detenidos por su presunta implicación en el comercio de carne procedente de la sala de despiece clandestina que operaba con animales muertos. Esta sala, que se abastecía de granjas cuyas reses morían por enfermedades como la peste porcina y la glosopeda, fue descubierta recientemente en Lérida por la Guardia Civil, y sus propietarios, los hermanos Escribá-Salvado, ingresaron en prisión.Estas diligencias judiciales confirmarían la impresión de que buena parte de la carne incautada era destinada al consumo humano. Frigoríficos Urgel, SA, suministraba carne procedente de la sala de despiece clandestina a la empresa de embutidos Mayoral (de Barbastro), en una cantidad de unos 7.000 kilos mensuales. Las partidas cárnicas circulaban con guías sanitarias y albaranes de peso de los mencionados Frigoríficos Urgel, e iban acompañadas de un albarán de la carnicería y tocinería Escribá de Lérida, regentada por una hermana de la familia Escribá-Salvado.

Según parece, al día siguiente del descubrimiento del matadero clandestino denunció que después de hacer un recuento se había comprobado la desaparición de cierta cantidad de guías sanitarias. Estas habrían servido para el tráfico de los lotes de carne en su mayoría de cerdo. Otras partidas importantes viajaron a Ibiza Y otras podrían haber ido a Madrid.

Incautados 20.000 kilos

Por otra parte, se ha sabido que los casi 20.000 kilos de la carne incautada en la sala de despiece clandestina se encontraban en canal y en paquetes que van de quince a treinta kilos. Una parte de ella estaba refrigerada a unos cinco grados de temperatura, mientras que otros lotes se hallaban congelados a -20º C. Los paquetes se encontraban preparados para su expedición, y aparecían envueltos para su transporte burdamente, con un plástico blanco y sin ostentar inscripción de marca alguna.La carne incautada «no es apta para el consumo humano», según han informado fuentes fidedignas. A través de los análisis sanitarios se han podido detectar indicios de contaminación, y los cultivos bacteriológicos confirmarían la existencia de salmonella y peste porcina africana.

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