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El presidente Reagan decide la fabricación en serie de la bomba de neutrones

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, anunció el domingo su decisión de fabricar la bomba de neutrones, a la que en Washington se califica como un «arma táctica defensiva», cuya necesidad viene provocada, en palabras del portavoz del Departamento de Estado, por «el crecimiento sin precedentes del dispositivo militar soviético».La dura reacción de Moscú no se hizo esperar y ayer mismo el diario oficial Izvestia criticó la «intención criminal» de Estados Unidos al decidirse a construir esta nueva arma, y se refirió a los «preparativos de guerra» que realizan los «medios agresores e imperialistas» norteamericanos.

La bomba de neutrones, una versión sofisticada y perfeccionada de las armas nucleares clásicas, destruye la vida mediante una poderosa emisión de neutrones, pero apenas causa daño a los objetos, dado su escaso poder explosivo, y, lo que es más importante, permite una rápida ocupación del territorio afectado por la explosión de la bomba, a causa de su poca radiactividad. Todo ello la convierte teóricamente en el arma ideal para mantener una guerra táctica en un escenario reducido y para hacer frente a columnas blindadas enemigas.

La noticia de la existencia de la bomba neutrónica apareció hace cuatro años. Tras muchas dudas, el entonces presidente norteamericano, Jimmy Carter, decidió en 1978 ordenar la fabricación de los componentes de la bomba, pero no su ensamblaje, Ahora, Ronald Reagan, de forma inesperada, ha optado por fabricar en serie la bomba «N». lo que considera un asunto interno norteamericano, especíalmente porque las nuevas bombas se almacenarán en territorio de Estados Unidos y sólo serían trasladadas a territorio europeo en caso de un enfrentamiento abierto con el Este.

Los países occidentales reaccionaron ayer con cierta alarma, aunque sin sorpresa. Las vacaciones de muchos dirigentes europeos han retrasado algunas de estas reacciones oficiales, pero la inmensa mayoría de los líderes políticos coincide en que no quiere sobre su suelo la nueva arma, por muy útil que sea para la estrategia de la Alianza Atlántica. Suecia y Noruega -este último país miembro de la OTAN- criticaron aver la decisión de Reagan en términos duros.

En España, la Oficina de Informacíón Diplomática (OID), del Ministerio de Asuntos Exteriores, hizo público anoche un comunicado en el que simplemente manifiesta que, ante la decisión norteamericana, el Gobierno español desea manifestar que en la actualidad no existen ingenios nucleares de ninguna clase desplegados en el territorio español, y que es propósi to firme del Gobierno mantener, en todo caso, esta situación.

El partido gubernamental, UCD, manifestó su preocupación por lo que pueda suponer esta decisión en la carrera armamentista. El PSOE criticó la decisión de Reagan como una provocación que aumentará la tensión entre los bloques. En toda Europa, diversas organizaciones preparan actos de protesta y manifestaciones contra lo que se ha dado en llamar la «bomba de la discordia».

Páginas 2 y 3 Editorial en página 8

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