La ley de Presupuestos vuelve a crear tensiones internas en el PNV

Los primeros presupuestos de la comunidad autónoma fueron aprobados por el Parlamento Vasco en su sesión de anteayer -aunque se prolongó hasta las dos y media de la madrugada-, con 37 votos a favor, ninguno en contra y cinco abstenciones.

El diputado general de Alava y parlamentario nacionalista, Emilio Guevara, ocasionó al Gobierno muchos más problemas que la oposición, ya que, en días anteriores a la celebración del pleno, había anunciado al ejecutivo vasco su intención de dimitir de sus cargos si en la ley presupuestaria no se reconocía a Alava su capacidad íntegra de gasto. Una enmienda de aproximación presentada a última hora por el Gobierno autónomo, consiguió superar la tentación de algunos parlamentarios nacionalistas de romper la disciplina de voto.El debate, a pesar de la complejidad que suponía estudiar el tema de los presupuestos, resultó mucho más ágil de lo previsto, ya que los grupos de la oposición decidieron retirar sus enmiendas a la totalidad, después de haber pactado con el PNV la creación de un fondo de 750 millones de pesetas. Este fondo será destinado a transferencias de capital a los municipios para financiar obras de infraestructura y equipamiento social. En las decisiones que adopte el Gobierno, según lo acordado, deberán tenerse en cuenta preferentemente la creación de puestos de trabajo.

Si la elaboración de la ley presupuestaria para el año en curso fue un trabajo de «encaje de bolillos», como dijo el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Luis Uriarte, la gestación de enmienda de aproximación entre las diversas posturas enconadas dentro del mismo grupo de nacionalistas vascos, en relación al articulado 27, no fue un trabajo menor.

Los grupos nacionalista, centrista y socialista de Aláva habían presentado una enmienda a un apartado del artículo 27 relacionado con la aportación económica de los territorios históricos al presupuesto de la comunidad autónoma, solicitando mayor deducción de la cantidad a pagar al Gobierno vasco en concepto de las competencias y servicios que, actualmente, está asumiendo la Diputación Foral. Asimismo, solicitaban la creación de una comisión mixta Gobierno-Diputación Foral de Alava para determinar los costes de los servicios prestados por el territorio histórico.

Intereses provinciales

Después de largas y tensas horas de negociación entre los mismos nacionalistas, el Gobierno propuso una enmienda de aproximación que, si bien no recogía la creación de la mencionada comisión mixta, reconocía que Alava no pagará a la comunidad autónoma más de lo que hubiera tenido que aportar si hubiera estado vigente el concierto de 1976.A los socialistas no les gustaba técnicamente la enmienda y consideraban que era una propuesta para «contentar a los alaveses», pero, en un gesto de paternalismo, su portavoz, Juan Manuel Erguiagaray, anunció al hemiciclo que su grupo votaría afirmativamente ante la necesidad de evitar enfrentamientos y limar asperezas habidas en el propio grupo parlamentario de nacionalistas vascos. UCD y AP también mostraron su conformidad. Al PCE no le gustó la propuesta y se abstuvo. Martin Auzmendi, de Euskadiko Ezkerra, que sé abstuvo, recalcó que, con esta enmienda «salen triunfantes las teis cantonalistas que en nada se acercan a una comunidad autónoma solidaria».

Así, la enmienda de aproximación resultó aprobada por amplia mayoría. Aunque el Gobierno en su conjunto se mostraba satisfecho por la «fórmula intermedia» que había evitado una posible ruptura, ayer mismo, en el seno del Grupo parlamentario Nacionalista, la enmienda, al parecer, no fue del agrado de todos los miembros del Gabinete, ya que algunos de ellos consideran que se ha cedido demasiado en favor de posiciones provincialistas y que las tensiones volverán a producirse cuando la Cámara discuta el proyecto de ley de territorios históricos,