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López Portillo agradece la solidaridad española en el contencioso de la subida del petróleo

El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, José López Portillo, agradeció ayer públicamente la solidaridad de España con su país en el contencioso de la subida del petróleo impuesta por México unilateralmente a sus compradores. Las palabras de López Portillo, quien calificó de gallarda y señorial la actitud española, han sido calificadas como una declaración sin precedentes en las relaciones hispano-mexicanas que justifican, en opinión de muchos observadores, el viaje del presidente Calvo Sotelo a este país, del que partió ayer con destino a España, después de visitar los astilleros de Veracruz, que construyen empresas hispanas.La verdad es que, por una vez, Francia nos hizo un favor. La ruptura de relaciones comerciales entre París y México por el terna del petróleo y en vísperas de la llegada a la capital azteca del jefe el Gobierno español fue una feliz coincidencia. España tuvo la oportunidad de marcar la diferencia de trato con México frente a Francia, de paso, pudo ayudar a la Administración mexicana a librar la batalla del petróleo frente a su propia opinión pública, demostrando que no estaban solos en su pendulante política del precio de los crudos. París ya arregló su contencioso y, justo es decirlo, los representantes mexicanos del petróleo y de la política exterior -Moctezuma, presidente de Pemex, y Castañeda, ministro de Exteriores- tuvieron que viajar a París, y no los franceses aquí.

De todas maneras, el desplante de la nueva diplomacia de Mitterrand no será borrado fácilmente en este país, en el que el presidente Giscard d'Estaing intentó arrebatar protagonismo a España, llegando incluso a decir que Francia era el primer interlocutor europeo de México. La boutade de Giscard está en el pasado y España sí que ocupa cada vez más el lugar natural que le corresponde en las relaciones con este país, difíciles de articular por los problemas políticos del pasado, pero, poco a poco, recuperando el pulso natural de estas relaciones.

Colaboración antiterrorista hispano-mexicana

En el balance de la visita de Calvo Sotelo a México se puede contar el gesto de López Portillo, la promesa de una colaboración contra el terrorismo de ETA, que tiene en estas latitudes refugio político y económico, y toda una serie de proyectos que podrían materializarse en un acuerdo global de cooperación como los que México mantiene excepcionalmente con Canadá y Japón, y que puede ser el punto final importante en la normalización de las relaciones hispano-mexicanas durante la etapa de López Portillo. Así al menos lo afirmó el presidente Calvo Sotelo en el brindis con el que concluyó la cena que la delegación española ofreció de despedida a López Portillo, y en la que el mandatario mexicano se volcó en elogios a España.

Visita turística, cultural y económica

Una cena que cerró el jueves por la noche la visita oficial del presidente español, que se prolongó por tierras mexicanas, con carácter privado, con una visita al Yucatán, donde Calvo Sotelo realizó un recorrido por las ruinas mayas de Chichen Itza antes de viajar a Veracruz a visitar los astilleros que allí construye España. Desde Veracruz, el presidente tiene previsto regresar a Madrid.En el marco internacional, el primer viaje del presidente del Gobierno español a tierras latinoamericanas volvió a dejar al descubierto las contradicciones e inseguridades de la diplomacia española. Calvo Sotelo quiso eludir la dimensión atlántica de su política exterior en su discurso oficial (el primero en América Latina) frente a López Portillo, insistiendo, por el contrario, en los problemas del Tercer Mundo, y luego hubo de rectificar su conferencia de Prensa. Tampoco planteó con claridad absoluta el compromiso de España con las democracias americanas, y menos con aquellos países de Centroamérica, como El Salvador y Nicaragua, donde Calvo Sotelo abogó por la reforma poIítica en vez de por la ruptura, recordando que la presencia exterior de España en estas latitudes estará por encima de las ideologías.

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