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La dimisión de un ministro

... ) ¿Puede pedirse la dimisión de un ministro?Que se puede pedir parece evidente; se hace.

¿Pero se debe? Eso es otra cosa. Porque aquí aparecen las discrepancias.

Cuando fue definitivamente desterrado el artículo 87 de la ley de Divorcio, en la última votación a que fue sometido su proyecto en el Congreso, Oscar Alzaga pidió la dimisión del ministro de Justicia, olvidando, acaso, que la costumbre quiere que el militante de u na organización política no se oponga al ministro, su comilitón, si no es en los congresos u otras instancias internas del propio partido. (La democracia representativa tiene sus reglas como todas las conquistas de la civilización.) Entonces, el ministro de Justicia ofreció una respuesta llena de mansedumbre y desdén: « ¡Que diga lo que quiera! »

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Ahora el PSOE, que por ahora tiene el deber democrático de oponerse, ha pedido la dimisión del señor Sancho Rof, uno en ministro y trino en cartera, por unos hechos de todos conocidos, que tal vez determinen responsabilidades para quien tiene la de la política sanitaria nacional. También es cierto que el señor Sancho Rof ha sido castigado verbalmente por el señor Guerra, con frases no más graves que las que fue obligado a escuchar el ministro de Justicia.

Y aquí llega mi perplejidad. Porque si al señor Ordóñez se le dejó solo, al señor Sancho Rof se le ha abrigado con notas oficiales, y hasta ha inspirado al secretario de Prensa de UCD una proposición que, por venir de quien viene, puede tenerse, peligrosamente, por opinión oficial de su partido: «Pedir la dimisión de un ministro supone invadir las competencias del presidente del Gobierno». Han leído bien. ( ... )

13 de julio

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